El crecimiento global se moderará en 2019, pero no de manera uniforme. De hecho, aunque esperamos que la mayoría de las economías sigan creciendo por encima del potencial, esperamos que esta desaceleración no se produzca a un ritmo sincronizado en el ámbito mundial.
Así lo aseguró el europeo Deutsche Bank en un reporte sobre sus expectativas de 2019.
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El crecimiento en las diferentes regiones variará, dijo, debido a las diferentes políticas monetarias y fiscales, así como a sensibilidad variable a riesgos geopolíticos.
Por ejemplo, la manufactura alemana aún se está recuperando del asunto “Dieselgate” que se apoderó de la industria automotriz, mientras que la controversia sobre el presupuesto ensombrece a Italia y las disputas comerciales en curso corren el riesgo de interrumpir el comercio internacional durante algún tiempo.
Al mismo tiempo, los analistas del banco estiman que el amplio crecimiento de la liquidez de años anteriores, que proporcionó a los mercados financieros un fuerte viento de cola, ha alcanzado su punto máximo, y espera que se torne negativo en 2019.
En los EE. UU., consideró que los factores que previamente mantenían bajos los rendimientos, y que empujaban al alza los mercados de acciones, se están desvaneciendo.
Hasta ahora, de acuerdo con el reporte, la confianza de los consumidores y las empresas sigue siendo sólida, la brecha entre el crecimiento del PIB nominal y las tasas de los Fondos Federales en los Estados Unidos sigue siendo amplia y la curva de rendimiento no se ha invertido.
Esto, dijo, es relevante porque en el pasado, una inversión de la curva de rendimiento, es decir, cuando los bonos con fecha más larga tienen rendimientos más bajos que los más cortos vencimientos, típicamente ha sido un precursor de una inminente recesión.
Por su parte, un mayor gasto en infraestructura en los Estados Unidos y en algunas otras economías debería apoyar el crecimiento económico.
Por lo tanto, espera una moderación en el crecimiento, pero no una recesión.
Los riesgos incluyen una inflación mayor a la esperada en los Estados Unidos, incertidumbres políticas en Europa y una escalada de disputas comerciales.
Otra preocupación para el Deutsche Bank es que la volatilidad sostenida del mercado podría comenzar a tener un impacto cada vez mayor en el comportamiento de los consumidores y las empresas, deprimiendo el crecimiento más de lo esperado.
Emergentes
Los mercados emergentes se ven opacados por la fortaleza del dólar estadounidense y el alza de las tasas de interés en Estados Unidos, que tienden a impactar más a los países con altos pasivos externos, dijo la entidad bancaria europea.
Estos incluyen a Indonesia, que ha sido objeto de un mayor escrutinio en los últimos meses debido a su déficit en cuenta corriente, así como a países que han experimentado fuertes devaluaciones de la moneda como Turquía y Argentina.
Sin embargo, en general, señaló que las economías de mercados emergentes son más flexibles de lo que eran en décadas anteriores, en gran medida gracias a los tipos de cambio más flexibles y a políticas monetarias más proactivas.
EE. UU.
El crecimiento económico estadounidense es boyante, pero muestra signos de un pico, retrocediendo en 2019 hacia su potencial promedio a largo plazo.
Espera que la expansión económica actual se convierta en la más larga hasta mediados de 2019.
El mercado laboral, ya ajustado, sigue apretándose y espera que los salarios sigan aumentando.
La inflación del gasto de consumo personal subyacente (PCE) está de vuelta cerca del objetivo del 2% de la Reserva Federal, destacó.
Después de la subida de tasas de la Fed en diciembre, espera dos aumentos más en las tasas de interés antes de finales de 2019.
Una mayor inflación en los Estados Unidos y una mayor oferta del Tesoro podrían, en su opinión, llevar a un aumento en los rendimientos, pero es probable que esto sea modesto.[/content_control][login_widget]
