Los mercados han estado invadidos por preocupaciones de crecimiento global. Lo que hace que la situación actual sea complicada es la volatilidad, que hace que sea difícil diferenciar los cambios normales del ciclo económico, inevitables y bastante benignos, de las consecuencias adversas debidas a las tensiones comerciales y la incertidumbre política, indicó un reciente informe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF, por su sigla en inglés).
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“Hacemos un seguimiento del crecimiento global cuidadosamente como parte de nuestro Monitor Económico Global bianual y ciertamente no siempre estamos en “vaso medio lleno”, comentó el instituto.
Destacó el aumento de la desincronización a principios del año pasado, un soporte bajista para lo que se convirtió en la venta masiva de los emergentes.
Pero en este punto, muchas de las dinámicas de hace casi un año se han cumplido y hay primeros indicios de que la confianza de los industriales, un buen indicador anticipado del crecimiento mundial, puede estar estabilizándose.
Por lo tanto, el IIF rebajó sus previsiones de crecimiento solo modestamente y vemos una imagen global de crecimiento global que permanece bastante sólida.
La caída en la lectura de diciembre del ISM manufacturero alimentó la ansiedad sobre el crecimiento global, sobre todo porque el componente de inventarios de pedidos prospectivos cayó aún más drásticamente.
“Vemos esa lectura como un desencuentro con un sentimiento más débil en todo el mundo”, comentó.
Impacto de tensiones comerciales
El IIF también mencionó que hay pocas señales de que las tensiones comerciales estén afectando de manera desproporcionada a los nuevos pedidos de exportación en el índice de gestores de compras (PMI, por su sigla en inglés) de China, lo que nuevamente apunta en la dirección de una dinámica del ciclo económico global más benigna.
“Nuestro indicador principal de crecimiento global es la dispersión de los aumentos del PMI mundial, donde una gama más amplia de aumentos tiende a llevar a un rebote en el crecimiento global. Nuestra medida de dispersión parece haber disminuido en el cuarto trimestre del año pasado y apunta a algo, aunque moderado, a la baja en el crecimiento desde aquí”, precisó.
Por último, mantuvo su pronóstico de crecimiento en EE. UU., que es de 2,9 % y 2,5 % en 2018 y 2019, respectivamente. Incluso, las expectativas del sector manufacturero y no manufacturero siguen siendo bastante elevadas trimestralmente.
Bajó las cifras de crecimiento global para 2018 y 2019 en 20 puntos básicos cada una, a 3,5 % y 3,4 %, reflejando un impulso más débil en la zona euro y Japón, mientras que el crecimiento en emergentes ha estado siguiendo en línea con sus previsiones bastante bajistas.
Sin embargo, la imagen de crecimiento, en general, le parece bastante sólida, con gran parte de la dinámica de desincronización habiéndose ido.[/content_control][login_widget]
