Un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) revela que, impulsada por la caída de las tasas de interés en la primera parte del año, la deuda global se ha incrementado notablemente en este periodo tanto en países desarrollados como en mercados emergentes.
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La deuda global se incrementó en más de US$ 3.000 millones en el primer trimestre de 2019 pues la desaceleración de la acumulación de deuda en 2018 parece haber sido más un problema pasajero que una tendencia, ayudado por la sustancial relajación de las condiciones financieras, los prestatarios se endeudaron al ritmo más rápido en más de un año.
Con US$ 246.000 millones (casi el 320% del PIB), la deuda global ahora está a solo US$ 2.000 millones del máximo histórico de US$ 248.000 millones alcanzado en el primer trimestre de 2018.
De cara al futuro, la flexibilización monetaria podría generar una mayor acumulación de deuda en todos los ámbitos, socavando los esfuerzos de desapalancamiento y reavivando la preocupación por los vientos en contra del crecimiento global a largo plazo.
Para algunos países vulnerables de bajos ingresos, la sostenibilidad de la deuda ya está en riesgo; en el sector corporativo, el aumento de los niveles de deuda es una carga cada vez mayor para las empresas más pequeñas o altamente apalancadas, especialmente dado el aumento sobre las perspectivas de ganancias globales.
Por su parte, la deuda de los mercados emergentes alcanzó un récord de US$ 69.000 millones (216% del PIB), debido al persistente aumento de los préstamos de estos países, lo que continúa alimentando los pasivos.
Dado que la deuda de los hogares y el gobierno de los mercados emergentes alcanzó niveles récord, el aumento en la relación deuda / PIB general desde el primer trimestre de 2018 ha sido más significativo en Chile, Corea del Sur, Brasil, Suráfrica, Pakistán y China.
En contraste, Ucrania, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Hungría y Líbano han reducido todos los ratios de deuda total durante el año pasado.
Por su parte, la deuda total de Estados Unidos ahora se acerca a un récord de US$ 70.000 millones, mientras que la deuda corporativa no financiera ha alcanzado nuevos máximos.
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