De otro lado, el FBI emitió una advertencia sobre posible violencia durante las manifestaciones, después que envalentonados extremistas invadieron el Capitolio el pasado seis de enero de 2021.
Se espera que los manifestantes lleguen a los poderes públicos de Estados Unidos el domingo en apoyo de las afirmaciones infundadas de que el fraude electoral le robó al presidente Donald Trump un segundo mandato, mientras los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley se preparaban para una posible violencia.
Más de una docena de estados han activado tropas de la Guardia Nacional para ayudar a asegurar sus edificios del capitolio luego de una advertencia del FBI sobre protestas armadas, con extremistas de derecha envalentonados por el asedio mortal al Capitolio de Estados Unidos en Washington el 6 de enero.
Hubo manifestaciones dispersas el sábado, pero los poderes públicos permanecieron en su mayoría en silencio. Los funcionarios de seguridad han visto el domingo como el primer punto de inflamación importante, ya que fue cuando el movimiento antigubernamental “boogaloo” hizo planes hace semanas para realizar manifestaciones en los 50 estados.
Si bien muchos estados han erigido vallas u otras barreras para asegurar sus capitales, Texas y Kentucky han dado un paso más al cerrar sus terrenos del capitolio al público.
El centro de Washington, DC, estaba prácticamente vacío, con las calles cercanas al Capitolio cerradas y batallones de soldados camuflados de la Guardia Nacional ocupando posiciones en el centro de la ciudad.
Connecticut activó su Guardia Nacional en preparación para hasta 2.000 partidarios, en su mayoría de Trump, en su complejo del capitolio en Hartford el domingo, dijo un portavoz de la policía estatal.
Recomendado: Simpatizantes de Trump irrumpen en Capitolio de EE. UU.; se interrumpe proclamación de victoria de Biden
“Nos estamos preparando posiblemente para que suceda cualquier cosa”, dijo el policía Pedro Muniz, y agregó que no había habido amenazas específicas. “No toleraremos ningún acto de violencia”.
La lucha por la seguridad a nivel nacional siguió al ataque mortal del seis de enero contra el Capitolio de los Estados Unidos en Washington por una mezcla de extremistas y partidarios de Trump, algunos de los cuales pidieron la muerte del vicepresidente Mike Pence mientras presidía la certificación de la victoria electoral de Biden.
Los líderes demócratas de cuatro comités del Congreso de Estados Unidos dijeron el sábado que habían abierto una revisión de los hechos y habían escrito al FBI y a otras agencias de inteligencia y seguridad preguntando qué se sabía sobre las amenazas, si la información se compartió y si la influencia extranjera jugó algún papel.
El FBI y otras agencias federales han advertido sobre el potencial de violencia futura, ya que los supremacistas blancos y otros extremistas buscan explotar la frustración entre los partidarios de Trump que han comprado falsedades sobre el fraude electoral.
No estaba claro si la presencia de seguridad reforzada podría llevar a algunos manifestantes a quedarse en casa.
Luego de la violencia del seis de enero en Washington, algunos miembros de la milicia dijeron que no asistirían a una manifestación pro-armas planificada desde hace mucho tiempo en Virginia el lunes, donde las autoridades estaban preocupadas por el riesgo de violencia mientras múltiples grupos convergían en la capital del estado, Richmond.
Algunas milicias y grupos extremistas han dicho a sus seguidores que se queden en casa este fin de semana, citando el aumento de la seguridad o el riesgo de que los eventos planeados sean trampas para las fuerzas del orden.
Bob Gardner, líder de la Milicia Lightfoot de Pensilvania, dijo que su grupo no tenía planes de estar en Harrisburg este fin de semana, donde el Capitolio ha sido fortificado con barricadas y estará protegido por cientos de miembros de su Guardia Nacional.
“Tenemos nuestras propias comunidades de las que preocuparnos”, dijo Gardner a principios de esta semana. “No nos involucramos en política”.
(Con información de Reuters)
