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J.P. Morgan revela nueva postura ante minutas de junio del Banco de la República en Colombia

JPMorgan revisó al alza previsiones de PIB de Colombia en 2021 y 2022
Foto: Reuters

El banco estadounidense J.P. Morgan publicó un nuevo informe en el que analiza las posturas del Banco de la República en Colombia en sus más recientes minutas, tras la reunión de política monetaria esta semana en la que la Junta mantuvo tasas de interés unánimemente en lo que pareció una señal de un tono bastante neutral.

Muchos observadores del mercado esperaban una inclinación más conservadora, especialmente a la luz de las conversaciones sobre la reducción gradual de la Reserva Federal y los bancos centrales de Latinoamérica más agresivos.

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J.P. Morgan señala que, si bien las minutas fueron muy consistentes con los puntos principales del comunicado sobre la evaluación del banco de los fundamentos macroeconómicos, el tono se vio un poco más cauteloso en comparación con la conferencia de prensa posterior a la reunión del lunes.

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Las minutas, no obstante, no detallaron mucho sobre el mercado laboral (los datos de mayo, publicados ayer, fueron en realidad más firmes de lo esperado); pero para el banco estadounidense parecen dar más énfasis a los riesgos en torno a la inflación y las expectativas.

“Algunas presiones inflacionarias de mayo podrían mostrar un grado de persistencia, lo que podría mantener la inflación anual por encima de la meta hasta el primer trimestre de 2022. Tal persistencia sería el resultado del tiempo requerido para restablecer la producción afectada por los bloqueos, así como un aumento de los precios internacionales de los alimentos y altos costos de logística y transporte. La inflación esperada, que permanece anclada a la meta, podría verse afectada por este escenario”, revelaron las minutas del emisor colombiano.

Si bien la votación para mantenerse en espera fue unánime, las actas arrojaron algunos matices en la discusión de políticas de la Junta, particularmente en torno a los riesgos de inflación.

Una evaluación posiblemente más agresiva se relacionó con los riesgos alcistas de la inflación: “Un miembro de la Junta expresó su sorpresa de que la inflación en la canasta familiar básica siga siendo tan baja a pesar de que el exceso de capacidad instalada está disminuyendo y los precios mundiales de las materias primas están aumentando. El miembro planteó la posibilidad de que esto pudiera cambiar en los próximos meses”, apuntó J.P. Morgan.  

Una evaluación más moderada planteó preocupaciones sobre el fomento de la recuperación, a pesar de la posible persistencia de los choques de oferta: “Otro miembro de la Junta señaló que las interrupciones en la cadena de suministro tanto a nivel nacional como internacional podrían tardar en normalizarse, lo que afectaría mientras tanto los costos de producción. El desafío de la política monetaria en estas condiciones es evitar la estanflación”.

Las actas también fueron un poco más enfáticas en la noción de que tanto las condiciones financieras internacionales más estrictas derivadas potencialmente de la postura de la Fed, como el hecho de que Colombia no promulgara un ajuste fiscal adecuado podrían “[limitar] el espacio para que Colombia mantenga una política monetaria expansiva como la postura actual” para seguir apoyando la recuperación del crecimiento y el mercado laboral. Se dedicó una discusión adicional al riesgo de depreciación del tipo de cambio, incluso en el contexto de la presión de las calificaciones crediticias, y no obstante mejores términos de intercambio.

De este modo, el Banco de la República enmarca su función de reacción enraizada en estas dinámicas: inflación / expectativas y riesgos de financiamiento fiscal: dado que la inflación esperada permanece anclada a la meta, los miembros del directorio coincidieron en mantener la tasa de interés de referencia, sujeto a la evolución de los meses por delante y siguiendo de cerca la evolución de las condiciones fiscales y financieras externas.

En términos generales, J.P. Morgan cree que las minutas refuerzan el llamado de que Colombia deberá comenzar a normalizar la política monetaria este año.

“Efectivamente, el documento agrega un poco más de precaución en comparación con la apariencia después de la reunión de un sentido de urgencia más silencioso. De cara al futuro, tenemos una visión por encima del consenso de 0,3% para la inflación de junio, aunque aún más basado en los precios de los alimentos. Los datos de la actividad de mayo serán clave para evaluar el impacto del paro nacional, pero en general vemos cierto riesgo alcista”, agregó J.P. Morgan.

Suponiendo que los pronósticos se cumplan, las expectativas de inflación continúen aumentando gradualmente y que la próxima versión de la reforma fiscal no cambiará las reglas del juego para los mercados, el Banco de la República en la reunión del 30 de julio presumiblemente señalaría de manera más explícita que se está preparando para un alza en las tasas, apuntó el informe.  

Por ahora, J.P. Morgan ve mantiene la visión que el emisor comenzará a subir tasas en septiembre, elevando la tasa de política a 2,5% para fin de año, momento en el que harán una pausa para esperar las elecciones presidenciales de 2022. Luego, J.P. Morgan ve un alza de 100 puntos básicos más de ajuste en el segundo semestre de 2022, llevando la tasa de política monetaria al 3,5% en Colombia, concluyó su informe.

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