La economía colombiana está culminando el proceso de ajuste ante los choques macroeconómicos externos e internos, que enfrentó entre 2014 y 2016. Además, los indicadores macroeconómicos muestran niveles compatibles con un mayor crecimiento de la economía, inflación en los niveles de la meta de mediano plazo de la Junta Directiva del Banco de la República y un déficit de cuenta corriente sostenible.
Así lo afirmó el codirector del emisor, Gerardo Hernández, esta mañana, durante un foro de Corficolombiana.
Señaló que la inflación que encuentra el nuevo Gobierno y que se observaría en 2019 estaría cercana al 3 %, “es la mayor probabilidad”.
Por otro lado, dijo que la mayoría de los analistas espera un mayor crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). El equipo técnico del Banco de la República espera una expansión de 2,7 % este año.
También mencionó que la cuenta corriente se sigue ajustando y está en niveles considerados como sostenibles
“La cuenta corriente viene mejorando por mayores exportaciones previstas y mayores transferencias, lo que ayuda a cubrir ese déficit. Hacia el futuro no deberíamos tener dificultades”, puntualizó.
Añadió que, si bien el déficit del Gobierno Nacional Central comienza a reducirse, no hay que cantar victoria, ya que la coyuntura externa, que ha estado por mucha incertidumbre, tiene unos elementos que hace pensar “que estamos en una coyuntura distinta que en otros años”, dijo.
Esta se caracteriza por la normalización de política monetaria en economías avanzadas, aumentos en la aversión al riesgo, apreciación del dólar, incertidumbre de los precios de las materias primas y cambios en las políticas comerciales internacionales.
Así mismo, los riesgos externos surgen de cambios en las condiciones financieras internacionales.
“El reciente aumento en los spreads corporativos en Estados Unidos sugiere condiciones financieras más restrictivas en las economías avanzadas, lo que tiene efectos en flujos de financiamiento que han entrado al país”, comentó.
No obstante, ante este nuevo escenario, Colombia ha demostrado que tiene una política monetaria creíble y con un alto grado de transparencia.
Un régimen monetario creíble respalda niveles bajos de pass trough de la tasa de cambio hacia el nivel de precios.
El tipo de cambio funciona como un amortiguador eficaz, si la depreciación no amenaza la credibilidad en lograr objetivos inflacionarios.
El bajo nivel de pass trough del tipo de cambio a los precios, dijo, podría ser atribuido, parcialmente, a la credibilidad del régimen de inflación objetivo.
Afirmó que la credibilidad está jalonada por altos niveles de transparencia y una comunicación efectiva.
Comentó, de otra parte, que los niveles de descalce cambiario se encuentran en niveles manejables en Colombia.
“Los cambios en el régimen cambiario facilitan que el sector externo cubra este riego al flexibilizarse la regulación aplicable a las operaciones de derivados”, precisó.
La deuda externa está en niveles internacionalmente considerados como adecuados.
Actualmente la deuda dominada en moneda extranjera no es una fuente alta preocupación, «aunque es importante continuar monitoreando la evolución del endeudamiento del sector privado», dijo.
La exposición financiera de los hogares a las fluctuaciones del tipo de cambio es casi nula, y la de los intermediarios financieros al riesgo de cambio se ha mantenido baja.
La deuda pública denominada en moneda extranjera se mantiene en niveles bajos como porcentaje de la deuda pública total.
Los niveles de deuda en Colombia han aumentado en los últimos años, pero la expansión del crédito está por debajo de los promedios internacionales. La profundidad financiera sigue siendo baja en relación con otras economías emergentes.
El sector financiero, a pesar del cambio del ciclo económicos, mostró ser resiliente.
Los factores de riesgo macroeconómicos han disminuido, pero hay una baja dinámica de la cartera
Por último, enumeró varios retos para consolidar la economía colombiana y para que esta vuelva a crecer en niveles más altos: reformas sectoriales, incertidumbre jurídica, fortalecer el principio de sostenibilidad fiscal y el incidente fiscal y las recomendaciones de la Comisión Fiscal sobre contingencias fiscales debido a demandas al Estado.