El Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó hoy el denominado World Economic Outlook (WEO) mediante el cual rebajó su pronóstico de crecimiento económico mundial para 2019 y 2020.
Pronostica un crecimiento de 3,2% para 2019, con un repunte a 3,5% en 2020 (0,1 puntos porcentuales menos que lo proyectado para ambos años en el informe WEO de abril).
Ya en abril pasado, la saliente directora gerente del FMI, Christine Lagarde, había anticipado que podría recortar la estimación mundial de crecimiento.
Es la segunda vez este año que el FMI rebaja la estimación de PIB para todo el 2019.
Los datos sobre el PIB en lo que va del año, sumados a una moderación general de la inflación, apuntan a una actividad mundial más débil de lo previsto, dijo la entidad.
La inversión y la demanda de bienes de consumo duraderos han sido moderadas en las economías avanzadas y de mercados emergentes, dado que las empresas y los hogares continúan postergando el gasto a largo plazo.
Por consiguiente, señaló, el comercio mundial, que es intensivo en cuanto a maquinaria y bienes de consumo duraderos, sigue siendo flojo.
“El repunte del crecimiento proyectado para 2020 es precario, y supone la estabilización de las economías de mercados emergentes y en desarrollo que están atravesando tensiones y avances hacia la resolución de las diferencias en torno a políticas comerciales”, se detalló en el reporte.
Los expertos del fondo indican que los riesgos para el pronóstico se “inclinan principalmente a la baja, e incluyen nuevas tensiones comerciales y en el ámbito de la tecnología que perjudiquen el ánimo y frenen la inversión; un
aumento prolongado de la aversión al riesgo que deje al descubierto una continua acumulación de vulnerabilidades financieras tras varios años de tasas de interés bajas; y una intensificación de presiones desinflacionarias que agraven las dificultades para el servicio de la deuda, restrinjan el margen de la política monetaria para contrarrestar las desaceleraciones y prolonguen más de lo normal los shocks adversos”.
Las medidas de política tanto en el plano multilateral como nacional son cruciales para afianzar el crecimiento mundial, dijo, mientras agregó que las necesidades apremiantes consisten en reducir las tensiones comerciales y tecnológicas y despejar sin demora la incertidumbre en torno a los acuerdos
comerciales (entre ellos el acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea y la zona de libre comercio conformada por Canadá, México y Estados Unidos). Concretamente, los países no deben recurrir a los aranceles para influir en la balanza comercial bilateral, ni como reemplazo del diálogo con el fin de presionar a otros a efectuar reformas, advirtió el FMI.
Aseguró que la demanda final y la inflación se encuentran en niveles moderados, y por lo tanto una política monetaria acomodaticia es adecuada en las economías avanzadas, así como en las economías de mercados emergentes y en desarrollo en que las expectativas estén ancladas.
La política fiscal debe equilibrar múltiples objetivos: suavizar la demanda según sea necesario, proteger a los vulnerables, reforzar el crecimiento potencial con gasto a favor de reformas estructurales y garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas a mediano plazo.
Si el crecimiento se debilita con respecto al nivel del escenario base, las políticas macroeconómicas habrán de tornarse más acomodaticias, dependiendo de las circunstancias del país.
En todas las economías, las prioridades consisten en ampliar la inclusión, incrementar la resiliencia y abordar los factores que limiten el crecimiento del producto potencial.
Estimaciones puntuales
En las economías avanzadas, el FMI proyecta un crecimiento de 1,9% en 2019 y 1,7% en 2020. La proyección para 2019 es 0,1 puntos porcentuales más alta que en abril, debido principalmente a revisiones al alza del crecimiento en Estados Unidos. Sobre ese país, prevé que el crecimiento para 2019 sea de 2,6% (0,3 puntos
porcentuales más que lo indicado en el informe WEO de abril), y que se modere a 1,9% en 2020 conforme se repliegue el estímulo fiscal.
La revisión del crecimiento para 2019 obedece al desempeño más sólido de lo esperado durante el primer trimestre.
Si bien la cifra agregada fue robusta gracias a la solidez de las exportaciones y la acumulación de existencias, la demanda interna fue algo más floja de lo esperado y las importaciones también más débiles, en parte debido al efecto de los aranceles.
Esta evolución apunta a un menor dinamismo de la actividad durante el resto del año.
Zona Euro
Para la zona del euro, el fondo proyecta un crecimiento del 1,3% en 2019 y del 1,6% en 2020 (0,1 puntos porcentuales más elevado que en abril). El pronóstico para 2019 se ha revisado ligeramente a la baja para Alemania
(debido a una demanda externa más débil de lo esperado, lo que también supone un lastre para la inversión), pero no varía en el caso de Francia (donde se prevé que las medidas fiscales respalden el crecimiento y los efectos
negativos de las protestas callejeras se están disipando) e Italia (donde las perspectivas fiscales inciertas son similares a las señaladas en abril, lo que perjudica la inversión y la demanda interna).
Reino Unido
Para esta región se prevé que la actividad se expanda a una tasa de 1,3% en 2019 y de 1,4% en 2020 (0,1 puntos porcentuales más alta que lo proyectado en el informe WEO de abril).
La revisión al alza refleja resultados más sólidos de lo previsto durante el primer trimestre, impulsados por la acumulación y el almacenamiento de existencias antes del brexit.
Es probable que esto se vea parcialmente compensado por la recuperación de la inversión durante el resto del año. En abril, el PIB mensual registró una fuerte contracción, provocada en parte por la decisión de los principales fabricantes de automóviles de adelantar los cierres anuales periódicos como parte de los planes de contingencia relacionados con el brexit.
El pronóstico supone un brexit ordenado seguido de una transición gradual hacia el nuevo régimen.
Sin embargo, a mediados de julio, la forma definitiva del brexit seguía siendo muy incierta.
Japón
El FMI proyecta que la economía de Japón crecerá a un ritmo de 0,9% en 2019 (0,1 puntos porcentuales menos de lo previsto en el informe WEO de abril).
El fuerte crecimiento del PIB registrado en el primer trimestre refleja la acumulación de existencias y una importante contribución de las exportaciones netas debido a la fuerte caída de las importaciones, lo que oculta un moderado ímpetu subyacente.
Estima que el crecimiento se reducirá a 0,4% en 2020, y se prevé que las medidas fiscales mitiguen en algo la volatilidad del crecimiento derivada del aumento de la tasa del impuesto sobre el consumo previsto para octubre de 2019.
Emergentes
En el grupo de economías de mercado emergentes y en desarrollo se prevé que la tasa de crecimiento sea de 4,1% en 2019, y que aumente a 4,7% en 2020.
Los pronósticos para 2019 y 2020 son 0,3 y 0,1 puntos porcentuales más bajos, respectivamente, que lo señalado en abril, debido a revisiones a la baja en todas las principales regiones.
Se prevé que las economías de mercados emergentes y en desarrollo de Asia crezcan a un ritmo de 6,2% en 2019–20. El pronóstico es 0,1 puntos porcentuales más bajo que en el informe WEO de abril para ambos años, en gran medida debido a la incidencia de los aranceles en el comercio y la inversión.
En América Latina, la actividad se desaceleró notablemente al comienzo del año en varias economías, debido principalmente a factores idiosincrásicos.
Se prevé que la región crezca a un ritmo de 0,6% en 2019 (0,8 puntos porcentuales menos que en el informe WEO de abril), y que repunte a 2,3% en 2020.
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