Los negocios en Oceanair Linhas Aéreas Ltda., la aerolínea que opera bajo la marca Avianca Brasil, se han paralizado.
La flota de la compañía, ya agotada por los reclamos de los acreedores, fue puesta en tierra por la Agencia Nacional de Aviación Civil de Brasil, Anac, una orden que Avianca Brasil no ha dado señales de intentar revertir. El proceso de recuperación judicial de la firma se ha detenido durante un mes, a la espera de una audiencia del 10 de junio para decidir si la subasta sobre los activos de la aerolínea puede realizarse o no.
Después de no pagar a los empleados en abril y mayo, Avianca Brasil despidió a 900 trabajadores, y se prevé una próxima ronda de recortes dentro de poco.
“La subasta puede llevarse a cabo, pero no veremos dinero”, dijo Ondino Dutra, presidente del Sindicato Nacional de Aeronautas de Brasil.
“La decisión de Anac fue valiente y necesaria. No hay seguridad al volar un avión en el que no se le paga a la tripulación”, añadió.
La parálisis ha dejado a la que fuera la cuarta aerolínea más grande de Brasil en el limbo y sin una salida clara.
Azul SA, el operador aéreo que hizo la primera oferta por los activos de Avianca Brasil en marzo, dijo que no seguirá adelante.
Azul, que había trabajado en un acuerdo exclusivo para comprar el núcleo de las operaciones de Avianca Brasil agrupadas en una llamada “unidad productiva” por US$105 millones en marzo, fue sorprendido semanas después cuando Elliott —el mayor acreedor de Avianca Brasil, con alrededor del 70% de los 2.800 millones de reales (US$720 millones) de la deuda total que se está discutiendo en la corte— elaboró un plan de venta de activos alternativos con aerolíneas competidoras.
La semana pasada, un tribunal que supervisa el proceso de recuperación judicial de Avianca Brasil rechazó una solicitud de Azul para ordenar a Elliott Associates LP que depositara en una cuenta de garantía el dinero que había recibido de Gol Linhas Aéreas Inteligentes SA y Latam Airlines Group.
Azul le pidió al tribunal que creara una sola unidad productiva, al agrupar todos los activos de Avianca Brasil, que luego podrían venderse a Azul por US$145 millones “de manera expedita”.
Azul, que había señalado que Gol y Latam pretenden evitar que obtenga la lucrativa ruta de vuelo Sao Paulo-Río de Janeiro, dijo que el plan de reestructuración aprobado por los acreedores en abril se vio afectado por los pagos directos que Elliott recibió de Gol y Latam, pasando por alto los derechos de los demás acreedores.
Ahora, Azul no apelará la decisión y no planea elevar su oferta por los activos de Avianca Brasil, dijo el director ejecutivo, John Rodgerson, en una entrevista telefónica.
“Cuando los accionistas de Avianca y Elliott se opusieron a nuestra última petición, que valía más que lo que tenían sobre la mesa, nos dimos cuenta de que esto no es una cuestión de dinero”, dijo Rodgerson. “Ahora esperaremos a ver qué decide la agencia antimonopolio de Brasil sobre su investigación. Confiamos en que el gobierno brasileño hará lo correcto”, concluyó.
(Con información de La Tercera)
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