En el día del trabajo, a celebrarse este 1 de mayo, se analizan algunas tendencias en torno a la seguridad laboral y la inteligencia artificial.
El siguiente artículo es una opinión escrita por Álex Cabrera, CEO de Prevsis.
Según la OIT, más de 300 millones de personas en el mundo tienen accidentes laborales cada año. De ellas, 2,34 millones con resultado fatal por accidentes en el trabajo o enfermedades profesionales. En América, en tanto, se registran 11,1 accidentes mortales por cada 100 mil trabajadores en la industria; 10,7 en la agricultura; y 6,9 en el sector de los servicios.
Y aunque en algunos países, la tendencia es a la baja, de acuerdo a datos de la ACHS, en 2021 la tasa de accidentabilidad laboral, por cada 100 trabajadores, fue de 4,13%, cifra aún inferior a la de prepandemia que era superior a 5%.
A propósito del Día del trabajo, el 1 de mayo, y del Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, podemos decir que se ha avanzado mucho en estrategias de prevención, concientización y normativas, no obstante, aún en las empresas se sigue teniendo accidentes.
¿Qué impacto tiene la accidentalidad en las proyecciones de la empresa?
Cabe preguntarse, entonces, qué es lo que está fallando y para responder esa inquietud es indispensable saber, por ejemplo, cuál es el efecto real sobre las tasas de accidentabilidad que tienen las actividades que realizan las empresas al respecto. Y es ahí donde las nuevas tecnologías emergentes, como la Inteligencia Artificial, IA, tienen un rol fundamental para avanzar en esa materia.
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En efecto, la IA puede ayudar a correlacionar las actividades que se realizan con los eventos que se producen, a pesar de ellas; así como apoyar la sistematización que a futuro va a existir con lagunas de datos consolidados.
Esto es poder reunir la información desde diversas fuentes, como sistemas de registro y notificación de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales o pautas de medición y validación; luego, organizarla en un repositorio único y filtrarla para saber qué funciona y qué no; y de esa forma hacer un mejor análisis de la seguridad. Una información adecuada es fundamental para determinar prioridades y mejorar el diseño de las estrategias de prevención.
No obstante, además de la aplicación de nuevas tecnologías para optimizar la prevención, es esencial trabajar en la promoción de un cambio cultural en las empresas, ya sean mandantes, contratistas u otras, para internalizar las estrategias y conseguir mejorar la salud y seguridad en los ambientes laborales.