A comienzos de esta semana, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo que transformará el Banco Agrario en Banco Agrario y Popular. Su propósito, explicó, es que la entidad pública se convierta en el “banco más grande de Colombia” y que, incluso, tenga una “capacidad mayor de entregar créditos a la del Grupo Aval”.
No obstante, la propuesta ha generado dudas. Para empezar, por la diferencia entre Banco Agrario y el Grupo Aval (que reúne a los bancos de Bogotá, de Occidente, Popular, AV Villas y Multibank (MFG). Pero también, por la dificultad que ha habido en Colombia para fortalecer a la banca pública y que esta cuente con la capacidad necesaria no tanto para prestar, sino para recuperar ese dinero que presta.
Al menos, así lo considera Juan Carlos Echeverry, exministro de Hacienda de Colombia, quien en conversación con Valora Analitik, durante el 13° Congreso de Asobolsa y la Bolsa de Valores de Colombia (bvc), dio su perspectiva sobre la transformación del Banco Agrario.
En un evento en el Sena en Bogotá, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, cuestionó que al año “se otorgan $140 billones en créditos, ¿cuántos son para la economía popular?”. De ahí el cambio en el nombre, y, por tanto, en la función, del banco estatal.
Para hacer efectivo ese cambio, Petro explicó que “fondos que son del presupuesto y se guardan en la banca privada o en el Banco de la República, hasta por tiempos largos, se pongan en el Banco Agrario”. Así, dijo, habrá “un volumen mayor de préstamos a tasas de interés subsidiadas para la economía popular, no solo rural, sino urbana”.
Las dudas sobre la transformación del Banco Agrario
Para Juan Carlos Echeverry lo complejo de dicha transformación es que “el Banco Agrario, a través de décadas, ha sido una entidad que ha sido necesario capitalizar cada dos o tres años, porque da créditos que la gente no devuelve”.
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En ese sentido, considera que “el Estado y el Banco Agrario son malos prestadores porque no conocen bien a sus clientes, tienen malas carteras y deben capitalizarse”.
Sin embargo, insiste en que esto no significa que no deba existir un banco como el Agrario, por la función social que cumple. Por el contrario, lo que hace falta es que haya en Colombia “una banca pública que sepa dar y recuperar préstamos. Y que cumpla una función económica, social y de desarrollo”.
Su otra preocupación es cómo podrá responder el Banco Agrario a esa transformación y cuestiona que “tiene que ser gradual”, puesto que, para el exministro de Hacienda, no es posible que, de golpe, la entidad pase de manejar $18 billones a $42 billones.
Además, ese aumento se daría porque, como explicó Petro, el Banco Agrario recibiría el dinero que se destinará al presupuesto de la Nación. Es decir, “no podrá prestarla, porque el Gobierno necesitará $30 billones. Es una propuesta temeraria más que bien pensada”.
