El procedimiento para las desinversiones nacionales previstas por Empresas Públicas de Medellín (EPM) es la autorización del Concejo de Medellín (Ley 226 de 1995 sobre enajenación de la propiedad accionaria estatal), seguida de una oferta al sector solidario (que tomaría dos meses) y una oferta al público, en general, con el acompañamiento de la banca de inversión, explicó el vicepresidente de Crecimiento de la empresa, Alejandro Jaramillo Arango.
Para la venta de las acciones en Isa, contrataron al Banco Santander y para el resto de activos nacionales, a Bancolombia.
«Hemos atendido todos los debates en el Concejo de Medellín y estamos confiando en que la autorice. En caso de no aprobarse los montos de inversion, tenemos las desinversiones en el exterior; Aguas de Antofagasta (Adasa) y Cururos (…) Con la contingencia de Hidroituango, veo difícil que los acreedores nos presten», afirmó el gerente de Planeación Financiera de EPM, Juan Carlos Castro Padilla.
Hasta julio del próximo año, se extendería la venta de activos en el exterior.
Los debates en el Concejo de la ciudad se darán entre el 2 y el 6 de octubre.
Mientras que el paso para las desinversiones internacionales es la autorización de las juntas directivas de las compañías propietarias (preparación de información y contacto a potenciales interesados), una invitación a presentar una oferta de carácter no vinculante (acceso a información) y una oferta al público (selección de oferta, negociación de contrato de compraventa y cierre).
«Luego de invitar a una oferta vinculante, se escoge al mejor oferente y se precisa el contrato», explicó Jaramillo.
Dentro del grupo de venta de participaciones minoritarias están las acciones en Promioriente, Gas Natural del Oriente, Hidroeléctrica del Río Aures, y otras como Gestión Energética-Gensa, Emgensa, Organización Terpel, Corporación Financiera Colombiana, BBVA Colombia, Banco Davivienda y Acerías Paz del Río.
La venta de los activos aprobada por la Junta Directiva de EPM estaría entre 3,5 billones de pesos y 4 billones de pesos.
Se estima que el proceso de venta de activos tomaría un año aproximadamente.
Sobre si continuará la venta de activos adicionales, la empresa comunicó que dependerá del momento en que se logre entrar a la casa de máquinas del proyecto hidroeléctrico para evaluar su estado.
Se prevé el cierre del paso de agua por la casa de máquinas entre octubre y noviembre, pero dependerá de las lluvias. Quedan pendientes 24 metros de altura en el embalse para que empiece la evacuación por el vertedero.
«Con esto, se tendrá una proyección final de las decisiones financieras que EPM deberá tomar», indicó.
Razones para vender
Jaramillo mencionó que la razón para vender es el cumplimiento del plan de inversiones de EPM.
No será destinado particularmente al pago de la deuda, pero permitirá que EPM requiera un menor uso de deuda en el corto y mediano plazo.
El retraso en la entrada en operación (36 meses adicionales a lo previsto) del proyecto genera un impacto en los ingresos que la compañía esperaba recibir con el inicio de la generación de energía en la central, lo cual afectaría la continuidad del plan de inversiones en infraestructura.
Por otro lado, unos 300 mil millones de pesos por año en los próximos tres años ahorrará como grupo.
Tema financiero
Unos 16 billones de pesos generaría la compañía este año en ingresos por los negocios actuales, sin incluir a Hidroituango.
A partir de 2019, proyecta 16,5 billones de pesos y para 2020, 18 billones de pesos.
En 2021, hay un pico, pues espera recibir, en el mejor escenario, de los seguros (lucro cesante y daño emergente) otros 2,5 billones de pesos.
El Ebitda (flujo de caja operativo) cerraría 2018 en 5,1 billones de pesos, superior al de 2017, cuando totalizó 4,7 billones de pesos.
Además, venimos de una utilidad de 2,3 billones de pesos de 2017, que se mantendrá en el tiempo, inclusive sin activos como ISA, «incluso sería superior», según Jaramillo.
La inversión entre 2014-2017 fue de 15,3 billones de pesos, sin incluir Adasa. De ese monto, un 85 % correspondió a Colombia.
«Mantendremos el ritmo en 14,2 billones de pesos en los próximos años», agregó Castro.
Unos 4 billones de pesos se invertirían durante los próximos cuatro años en Hidroituango, y los retos en distribución de energía en el país representan 1,8 billones de pesos y afuera, 1,6 billones de pesos.
Mientras que 2,7 billones de pesos se necesitan para renovación de acueducto y alcantarillado en el Valle de Aburrá.
A 18,5 billones de pesos asciende la deuda financiera de EPM a junio, y finalizaría este año en 19,3 billones de pesos.
Después de 2018, ese nivel de endeudamiento bajaría «considerablemente» y se incrementaría el Ebitda.
Se espera que EPM mantenga el nivel de excedentes (transferencias al municipio) en 4,9 billones de pesos para 2020-2023.
Unos 7,5 billones de pesos del plan de inversión para infraestructura corresponden a AnTioquia, de un total de 11,7 billones de pesos. El mayor peso lo tiene Hidroituango (4 billones de pesos).
Finalmente, los directivos aclararon que EPM dispone de un sólido flujo de caja operacional con un buen resultado a junio de 2018 y recursos asegurados de financiación provenientes de las líneas de crédito previamente comprometidas por aproximadamente 1.200 millones de dólares.