El Banco Central Europeo (BCE) dijo el jueves que pondría fin formalmente a su programa de compra de bonos de miles de billones a fines de mes, a pesar de las crecientes preocupaciones sobre una posible desaceleración económica y el aumento de los riesgos económicos.
Marca un momento histórico para el BCE, ya que el presidente Mario Draghi desmantela una de sus políticas más polémicas.
El BCE dejó sin cambios las tasas de interés de referencia, y es probable que los participantes del mercado monitoreen de cerca la conferencia de prensa de Draghi a las 1:45 p.m. Hora de Londres (8:45 a.m. ET) para obtener más información.
El euro subió alrededor de 0,1 por ciento para negociarse en 1.1387 frente al dólar estadounidense en las noticias.
El consejo de gobierno del BCE confirmó lo que los políticos habían estado diciendo desde el verano. Dejarán de expandir la flexibilización cuantitativa (QE) a partir de finales de diciembre, cuando las compras de bonos bajarán de 15 mil millones de euros al mes.
El programa de compra de activos, en virtud del cual el banco compró más de 2,6 billones de euros (2,9 billones de dólares), se introdujo en marzo de 2015 en un intento por rescatar a la economía de la zona euro de las fuerzas deflacionarias y recuperar la confianza.
Se reconoce que las medidas ayudaron a revivir el bloque monetario de 19 miembros luego de una recesión de doble caída y los efectos residuales de la crisis de deuda europea.
Se piensa que la decisión del banco central de cerrar la QE después de casi cuatro años simboliza el fin de las políticas de la era de la crisis en la zona euro, a pesar de venir en un momento difícil para Europa.
Italia se mantiene en desacuerdo con la Comisión Europea sobre sus planes de gasto, mientras que el presidente de Francia redujo su propio presupuesto al aumentar los pagos a los jubilados y trabajadores de bajos ingresos en un esfuerzo por poner fin a las violentas protestas del «chaleco amarillo».
Para complicar aún más las cosas es la última ola de incertidumbre Brexit. La primera ministra británica, Theresa May, sobrevivió a una votación de no confianza del partido el miércoles, aunque no parece estar más cerca de lograr un acuerdo de divorcio con la UE.
El asediado líder británico se dirigió a Bruselas el jueves para pedir ayuda a los líderes europeos, solo unas semanas antes de que el parlamento apruebe un acuerdo para evitar una salida caótica del bloque.