La española Telefónica planea la desinversión total o parcial de sus filiales mexicanas y centroamericanas con el objetivo de reducir su deuda de forma acelerada y con la consigna contundente de «no malvender».
Según ha podido saber elEconomista de fuentes conocedoras de la situación, la compañía de telecomunicaciones lleva trabajando «muchos meses» en la colocación de unos negocios que no resultan estratégicos para el grupo.
En el ánimo de la teleco pesa la urgencia de reanimar el valor en bolsa, que actualmente se encuentra en uno de los niveles más bajos de su reciente historia, tras ceder el 0,31%, hasta los 6,83 euros.
Las mismas fuentes a las que ha tenido acceso este periódico aseguran que las conversaciones se encuentran «bastante avanzadas», por lo que no se descarta un eventual acuerdo en las próximas semanas si el precio se ajusta a las expectativas de la oferta y la demanda.
Según estimaciones de los analistas, la valoración de Telefónica México oscilaría entre los 1.100 millones y 1.900 millones, mientras que el 60% que Telefónica atesora en su filial centroamericana se aproximaría a los 760 millones.
Sobre todas estas cuestiones, Telefónica ha optado por no «comentar rumores de mercado». Asimismo, a finales del pasado julio, en la última conferencia con inversores, José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, aclaró que su grupo «evalúa permanentemente el rendimiento de los activos para optimizar la eficiencia de la cartera». Además, indicó que el balance de Telefónica «se ha fortalecido, por lo que no necesitamos vender ningún activo a cualquier precio», aunque se «revisará la cartera cuando tenga sentido estratégico».
El 4,2% de los ingresos
Al cierre del año pasado, las dos filiales suman un negocio conjunto de 2.226 millones de euros, lo que representa el 4,2% del total de los ingresos del grupo, mientras que alcanza los 565 millones de euros, el 3,4% de la rentabilidad de todas las actividades comerciales continuas de la compañía. Una eventual salida de Telefónica de las dos filiales referidas reduciría su presencia directa global en 11 mercados.
Entre los bancos que colaboran en las operaciones se encuentran entidades nacionales e internacionales, aunque sin que por el momento se haya confirmado sus nombres. No obstante, otras fuentes del mercado sitúan al Santander entre los posibles asesores.
En el caso de Telefónica Centroamérica, la posible desinversión del 60% de la sociedad puede materializarse de dos formas: en bloque o troceado en los distintos países, en ambos casos condicionado a diferentes variables. Entre las ecuaciones por resolver se encuentran los posibles conflictos de competencia que pueden encontrarse algunos de los potenciales interesados en determinados países.
En cualquier caso, ya sea a través de la desinversión en un único paquete o en varios, la intención de Telefónica pasa por obtener el máximo rendimiento posible para rebajar una deuda que a finales del primer semestre alcanzaba los 43.593 millones de euros. El último referente para valorar Telefónica Centroamérica se sitúo en junio de 2013, cuando la teleco vendió su 40% de la sociedad al holding CMI por 380 millones de euros.
Tras la última reestructuración emprendida por el grupo, a finales del pasado enero, la región Telefónica Centroamérica agrupa las operaciones de móviles en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Panamá. La entrada del grupo español en esos mercados se remonta a 2004, cuando acordó la compra de los activos latinoamericanos de la estadounidense BellSouth.
De esa forma integró en Telefónica Móviles los líderes del mercado en Panamá y Nicaragua. En El Salvador, Telefónica ya operaba desde 1998 y en Guatemala desde 1999. La puesta en acción en Costa Rica se produjo a finales de 2011, justo después de que el grupo hiciera suya una de las concesiones licitadas, dentro del proceso de la liberalización de las comunicaciones móviles en aquel país.
Según datos de finales del año pasado, los ingresos en Centroamérica se elevaron hasta los 890 millones de euros, con un oibda de 263 millones de euros. Los clientes de telefonía móvil se cifraron en 12,6 millones de líneas a finales del año pasado, frente al poco más de medio millón de conexiones fijas, para así sumar unos accesos totales de 13,2 millones de clientes.
Un mercado complicado
En el caso de México, Telefónica podría recibir propuestas por su filial azteca a lo largo de las próximas semanas, aunque se estiman que podrían ser ligeramente a la baja, dada la delicada situación competitiva que atraviesa el grupo español en aquel país, tanto por «los cambios regulatorios» como por «la mayor agresividad comercial del mercado en prepago», como señaló el propio grupo junto con los últimos resultados semestrales.
Por detrás de Telcel y AT&T, Telefónica trabaja en México desde 2001, donde gestiona casi 25,9 millones de accesos, según datos de diciembre de 2017. Los ingresos de la filial azteca alcanzaron 1.336 millones de euros y el oibda se situó el año pasado en los 302 millones.
La pasada primavera, durante la rueda de prensa de presentación de los resultados de 2017 y a preguntas de este periódico, Álvarez-Pallete reconoció su insatisfacción por la trayectoria en un mercado en el que «no se estaba obteniendo los resultados esperados». En el mismo acto, el presidente del grupo achacó gran parte de los problemas a «las condiciones del mercado, tras precisar que se trata de un país «que ofrece posibilidades de consolidación» que su grupo está explorando».
Entre estas últimas actuaciones se incluye la opción de compartir red en ciertas áreas, como ahora sucede con la red alternativa Altan, firma presidida por Eugenio Galdón, expresidente de Ono. Con esta sociedad, el grupo firmó el pasado agosto la Oferta de Referencia de Altan Redes. Esta colaboración permite a Telefónica reforzar sus servicios con las infraestructuras adicionales de su socio en Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
Recientemente, Telefónica ha adquirido frecuencias mexicanas en 2,5 GHz y ha renovado el espectro de 190 MHz y 1.900 MHz, cuyo plazo de concesión expira a finales de este ejercicio.
Operaciones de hasta 2.679 millones
El banco de inversiones Morgan Stanley estima que el valor de Telefónica México alcanza los 1.919 millones, pese a que el mercado lo sitúa en el entorno de los 1.113 millones de euros. A esta última tasación se aproxima Berenberg, casa de análisis que en un reciente informe tasaba la filial azteca de Telefónica en 1.127 millones de euros.
Por su parte, los expertos de Barclays apuntan una valoración del 100 por cien de Telefónica Centroamérica en 1.268 millones, por lo que el 60% que atesora el grupo Telefónica alcanzaría los 760 millones de euros. La suma de las dos regiones reportaría a Telefónica unos ingresos extraordinarios por ventas de entre 1.873 millones y 2.679 millones de euros.
(Tomado de ElEconomista.es)