S&P Global Ratings publicó un documento en el cual analiza las implicaciones del plan de negocios que la petrolera mexicana Pemex dio a conocer la semana pasada.
La primera conclusión a la que llegó S&P Global Ratings es que el plan de negocios no tiene implicaciones inmediatas sobre la calificación de Pemex.
“La reciente publicación del plan no tiene implicaciones sobre el perfil crediticio individual de Pemex. Nuestras calificaciones de Pepex reflejan nuestra expectativa de una probabilidad casi cierta de apoyo extraordinario de parte del Gobierno a la empresa, ante un escenario de estrés financiero. Esto se basa en nuestra evaluación del rol crítico que tiene Pemex para el Gobierno mexicano, tanto desde el punto de vista económico como para la ejecución de la política energética del país”, dijo S&P Global Ratings.
En su plan de negocios, Pemex estima incrementar la producción en 47,9 % hasta el 2024. El plan de la petrolera es recortar el derecho de beneficio compartido en 7 % en 2020, al 58 %, y en 4 % en 2021, al 54 %. Además, el Gobierno mexicano planea inyectar 66 billones de pesos mexicanos en 2020, 38 billones en 2021 y 37 billones en 2022.
“Pemex está dando una vuelta en U al adoptar una estrategia que aumenta su exposición a los riesgos inherentes de la industria, y también asume importantes riesgos operativos. Además, tiene un mayor enfoque sobre resultados de corto plazo y genera dudas sobre la sostenibilidad de largo plazo”, advierte S&P Global Ratings.
La firma añadió que la falta de continuidad de la política energética en México ha sido una constante desde hace varias décadas.
“Típicamente hemos visto cambios en la dirección de la estrategia energética del país en las transiciones de Gobierno, después de cada sexenio. En nuestra opinión, este es posiblemente el principal factor que ha impedido un avance sustancial de la industria petrolera en México en los últimos 20 años”, dijo.
“En nuestra opinión, el plan de negocios de Pemex se basa en una serie de supuestos optimistas que dejan poco margen de maniobra. Para el negocio de exportación de crudo, el plan asume un precio por barril por encima de US$55 para los siguientes diez años. Este supuesto es muy sensible a varios factores externos, incluyendo la desaceleración del crecimiento global, un entorno político impredecible en las principales economías del mundo, y regulaciones ambientales más estrictas”, añadió.
El documento finaliza afirmando que el reto para la empresa no solo es aumentar los volúmenes de producción, sino también incorporar nuevas reservas que aseguren la sostenibilidad de la curva de producción.
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