Aunque las compañías B, cada vez crecen más en Colombia, la sostenibilidad sigue teniendo enormes retos en el país, como lo resalta una reflexión de la marca Juan Valdez.
Una compañía B es aquella que crea productos y servicios con buenas prácticas sociales y ambientales, que son trasladadas a sus colaboradores, proveedores y demás grupos de interés.
“Estas compañías constituyen un movimiento global que está transformando la forma de hacer negocios a través de modelos de triple impacto. Por eso, redefinir el sentido de la economía y poner sobre la mesa el bienestar de las comunidades y los impactos positivos medioambientales, debe ser el propósito del sector privado y público de cara al futuro”, expresó María Camila López, directora de sostenibilidad de Juan Valdez.
Se calcula que existen cerca de 1.200 empresas B en Latinoamérica, donde Colombia es uno de los cuatro países con más compañías vinculadas a esta comunidad, detrás de Brasil, Chile y Argentina. En el país, estas organizaciones aportan alrededor del 1 % al PIB nacional y generan más de 30.000 empleos.
¿Cuáles son sus retos?
Para Juan Valdez, uno de los principales retos en materia de sostenibilidad para las empresas es la contaminación relacionada con un sistema lineal de producción enfocado en extraer recursos, consumir y descartar.
“Según la Asociación Internacional de Residuos Sólidos solo el 14 % de residuos reciclables se reciclan en el mundo. Por esta razón, las organizaciones deben considerar un sistema de economía circular”, aseguró la vocera de Juan Valdez.
De otro lado, la firma cafetera explica que la mayoría de los impactos ambientales y sociales de una corporación suceden en su cadena de abastecimiento. “La historia ha comprobado que, como empresas, ya no basta con desarrollar prácticas sostenibles en la operación, también hay que extenderlas a lo largo de toda la cadena de valor o de lo contrario pueden materializarse riesgos relevantes de tipo ambiental como: contaminación o mal uso de recursos naturales; sociales: malas prácticas de contratación y trabajo infantil; y de gobernanza: corrupción y soborno”.
Según la OCDE (Organización para Cooperación y Desarrollo Económico), el 70 % del comercio internacional involucra cadenas de valor globales, donde las materias primas, los servicios y productos viajan numerosas veces de un país a otro hasta llegar a consumidores de todo el mundo.
Por esta razón, se ha dado un incremento en términos de regulación a nivel regional y global para garantizar mínimos en materia de reducción de la contaminación, control de la deforestación, derechos humanos, entre otros.
Finalmente, para Juan Valdez es necesario que las empresas concentren su atención en las problemáticas que enfrentan sus grupos de interés, ya que estos son actor clave en toda la cadena de valor, “puesto que están estrechamente vinculados con la capacidad que tiene cualquier negocio de conseguir sus objetivos”.