La agencia internacional S&P Global Ratings confirmó las calificaciones de crédito soberano en moneda extranjera ‘BBB + / A-2’ y ‘A- / A-2’ en moneda local en México.
Dijo que la perspectiva de las calificaciones a largo plazo sigue siendo negativa.
Explicó que esa perspectiva negativa indica una posibilidad de, al menos, uno de cada tres de una rebaja en el próximo año.
Generar un crecimiento más robusto y equilibrado en todas las regiones de México ha sido un desafío para los encargados de formular políticas en múltiples administraciones, dijo en su informe.
Y agregó que “mantener el sólido perfil fiscal de México mientras se cambian las prioridades políticas del país depende de reforzar las perspectivas de crecimiento del PIB, incluso a través de una mayor inversión privada”.
Para S&P, la perspectiva negativa refleja el riesgo de que las señales mixtas que emanan de políticas gubernamentales clave, como en el sector energético y en proyectos que dependen de fondos públicos, junto con las percepciones de una mayor discreción en la implementación de la política, continúen erosionando el sentimiento del sector privado y disminuyendo el nivel de México. perspectivas de crecimiento tendenciales.
Si tiene éxito en restaurar algo de la confianza perdida, el Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura por el Sector Privado, anunciado el 26 de noviembre de 2019, para impulsar la inversión privada, junto con los pasos recientes en la renegociación del acuerdo comercial con los Estados Unidos y Canadá (Estados Unidos-México –El Acuerdo de Canadá, o USMCA), podría crear una perspectiva económica más positiva, opinó la agencia.
En ausencia de signos de mejora sólida, en su opinión, el comportamiento de crecimiento de tendencia de México probablemente se compararía desfavorablemente con sus pares, debilitaría el perfil económico del soberano y daría lugar a una rebaja.
La calidad crediticia del soberano también podría sufrir aumentos potenciales en los pasivos contingentes, principalmente del sector energético, dijo.
La administración limita la participación privada en este sector que considera estratégico.
La primera parte de la iniciativa de inversión en infraestructura recientemente anunciada (con más de 140 proyectos por un total de 710 mil millones de pesos mexicanos MXN planificados entre 2020 y 2024) no incluye el sector energético.
Una versión más detallada y completa del programa debería lanzarse en enero de 2020.
Por lo tanto, dijo S&P, el potencial de inversión privada en refinerías y tuberías, como se indicó recientemente, aún está por verse. La baja inversión privada en el sector energético aumenta la carga de las compañías energéticas de propiedad estatal, Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que tienen un legado de bajo rendimiento operativo y financiero y limitaciones de capacidad técnica.
Por el contrario, consideró que una gestión económica eficaz que mantenga déficits fiscales moderados, fomente la inversión y aumente la confianza de los inversores podría fortalecer las perspectivas de crecimiento del PIB y mantener finanzas públicas estables y flexibilidad fiscal.
“Eso, junto con los pasos para contener la posible responsabilidad contingente planteada por las empresas estatales en el sector energético o ampliar la base impositiva no petrolera, podría evitar una erosión del perfil financiero del soberano. Podríamos revisar la perspectiva a estable en el próximo año en ese escenario”, concluyó.
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