La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) entregó sus recomendaciones para los gobiernos de América Latina en el objetivo por alcanzar una reactivación este año.
De acuerdo con la Cepal, será necesario que los países de la región centren la recuperación en mantener una política fiscal expansiva.
Llama la atención el organismo multilateral, en su más reciente informe sobre dinámica de la política fiscal, que la actividad económica de América Latina en 2021 no da para recuperarse de la caída en el PIB de 2020 ni para mejorar los indicadores de pobreza y desigualdad.
El impacto de la pandemia del Covid-19, de acuerdo con la Cepal, llevó a un retroceso de una década en materia de igualdad laboral para las mujeres en la región.
Por lo anterior, “es importante extender los paquetes de medidas fiscales durante 2021 ante la fragilidad del proceso de recuperación económica y para continuar mitigando los efectos sociales, productivos y económicos negativos de la pandemia”, explicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal.
De acuerdo con cifras entregadas por la Cepal, la pandemia del Covid-19 llevó a un nivel promedio de la deuda pública bruta de los gobiernos centrales del 56,3 % del PIB.
Lea también: Cepal empeora previsión de PIB para Colombia en 2020, pero mejora la de América Latina
“A su vez, la región es una de las más endeudadas del mundo y presenta el mayor servicio de la deuda externa en relación con las exportaciones de bienes y servicios (59 %)”, se lee en el documento.
Pide entonces el organismo multilateral que sea la cooperación internacional, a través del financiamiento para el desarrollo, el apoyo necesario para ampliar el espacio fiscal de los países en el corto y mediano plazo.
Lo anterior quiere decir que se brinde una ampliación y redistribución de la liquidez global, alivio de la deuda y el fortalecimiento de la capacidad de crédito de la banca de desarrollo.
“Vincular la emergencia con la reactivación es esencial para potenciar el papel del gasto público en una trayectoria de desarrollo inclusivo y sostenible. Ello pasa por ligar la atención de demandas de corto plazo con inversiones sostenibles e intensivas en empleo, especialmente para mujeres”, concluyó Bárcena.
—