El gerente de Empresas Públicas de Medellín (EPM), Jorge Londoño de la Cuesta, señaló que las diferencias que surjan en el marco de la relación contractual que desarrolló la Sociedad Hidroituango deben dirimirse mediante los mecanismos técnicos y jurídicos establecidos.
“Es a través del comité técnico e instancias jurídicas como se debe actuar en esta oportunidad”, precisó el directivo, que también mencionó que EPM es socio de Hidroituango con el 46 % y la Gobernación de Antioquia y el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea), con el 53 %.
Las declaraciones se producen luego de que el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, comunicó la semana pasada que elevará una denuncia penal y disciplinaria contra los directivos de EPM que ordenaron citar a varios funcionarios de la empresa para pasarlos por el polígrafo, con el fin de conocer quiénes son los que entregan información (a quiénes harían parte de una presunta lista negra) o “los que piensan diferente” a la empresa.
Así mismo, Londoño respondió a los supuestos ocho errores constructivos que habrían propiciado la contingencia de Hidroituango, según expuso Pérez durante la instalación de las sesiones de la Asamblea Departamental de Antioquia.
El gerente de EPM comenzó diciendo que la sociedad, que ejecutó las primeras fases del proyecto, desarrolló el contrato Boomt (Build, own, operate, maintain y transfer), cuyo actor principal es la empresa.
Es decir, EPM construye, posee, opera, mantiene, recupera la inversión y transfiere.
Dijo que, para las discusiones técnicas, debe conocer todos los documentos (investigación de la Universidad Nacional) que ha venido elaborando la Gobernación: “EPM no ha tenido acceso a esos documentos (…) Es importante que se mantenga siempre la cordura, nosotros no estamos evadiendo responsabilidades, pero exigimos que las discusiones se hagan sin injurias o calumnias, como ocurrió en días pasados, porque es nuestro deber proteger el nombre de la empresa. Estamos dando la cara desde el primer día”.
EPM anunció que ha presentado denuncias penales ante la seccional Medellín de la Fiscalía contra el gobernador de Antioquia y la concejala de Medellín, Luz María Múnera Medina, “porque con sus afirmaciones sin fundamento, relacionadas con la existencia de una presunta lista negra en la empresa, han afectado el buen nombre y la reputación de EPM”.
Respuesta a errores enunciados por Gobernador
Londoño dijo que la forma en que se venía ejecutando el proyecto hidroeléctrico Ituango planteaba unos retrasos, “y cuando uno habla de la palabra ingeniería equivale a decir ingenio, con elementos de ingeniería se buscó una alternativa para disminuir los retrasos que llevaba la obra”.
En ese sentido, se plantearon las dificultades que generaron la construcción de los túneles 1 y 2, por ello, plantearon una alternativa que permitiera disminuir sus retrasos; la construcción de un tercer túnel (galería auxiliar de desviación).
Las discusiones que se dieron con diferentes técnicos y asesores arrojaron inicialmente críticas y dudas sobre el tercer túnel.
El board de EPM también mostró sus reparos y observaciones sobre esa opción y recomendó que antes de ponerlo en ejecución se hicieran unas pruebas hidrológicas (una prueba piloto); un modelo a escala de cómo funcionaría ese proceso de desviación del río Cauca.
“Las pruebas resultaron satisfactorias y el board estuvo de acuerdo en seguir adelante con el proyecto”, precisó el gerente.
Ese modelamiento también demostraba cómo debía hacerse el proceso de cierre de los túneles (secuencialmente). Se determinó que el primer túnel (izquierdo) se estaría cerrando en el segundo semestre de 2017; el segundo túnel, en el primer verano de 2018 y el tercero, que colapsó, en julio de 2018.
Añadió Londoño que cuando se cierra el primero de los túneles se contempla el nivel de riesgo que puede presentarse por crecientes del río Cauca, la posibilidad de que sobrepasaran la presa.
Cuando se cierra con concreto, la probabilidad de que la presa fuera sobrepasada por el embalse era de 1 en 100 mil años.
Cuando se cierra el segundo túnel, la probabilidad, entonces, de que el embalse superara la altura de la presa era de 1 en 500 años.
El túnel que queda operando solo iba a hacerlo durante cuatro meses aproximadamente (marzo, abril, mayo, junio y julio), y en julio se iban cerrar sus compuertas. Al final de junio, debía haber quedado listo un cuarto túnel (descarga intermedia), que no es para desviación, sino para mantener un caudal mínimo ecológico.
El tercer túnel colapsó cuando llevaba un poco más de un mes de operación. “Ese colapso es el que hoy estamos indagando, sobre qué fue lo pudo haberlo provocado, porque ese es el origen de toda la contingencia, en el taponamiento espontáneo”, señaló.
EPM contrató a la firma chilena Skava Consulting, que no ha participado de la historia del proyecto, para que haga un estudio causa raíz.
Tiene tres líneas de fuentes de análisis: si los diseños eran apropiados, si el proceso constructivo se hizo de acuerdo con los diseños estipulados y si puede haber elementos de tipo geológicos imprevisibles.
Los resultados se darán a conocer en noviembre, “y será un primer paso para empezar de forma ordenada las discusiones de tipo técnico, para asignar responsabilidades, si ese fuera el caso”, comentó Londoño.
Por otro lado, dijo que cuando ocurrió la contingencia, lo primero que intentó EPM fue volver a destaponar los túneles 1 y 2, que estaban taponados con concreto.
La primera opción fue intentar destruir esos tapones y empezó haciendo unas pruebas en el túnel 1 con explosivos.
Ese tapón es de unos 25 metros de largo en un túnel que es de 14 por 14, se lograron derribar cerca de 6 metros, pero no se pudieron seguir destaponando, porque se inundaron y se imposibilitó continuar con la tarea.
La estabilidad del túnel quedó “totalmente correcta”, dijo Londoño.
“Nosotros nos concentramos luego de que se inundaron en la protección de las vidas humanas y por eso fue que trabajamos muy duro en el lleno de la presa, y como el embalse estaba creciendo más rápido por el invierno, decidimos desviar el agua por casa de máquinas. De lo contrario, el embalse hubiese sobrepasado la presa. Esa decisión del llenado de la casa de máquinas la compartimos con la Junta Directiva de Hidroituango”, explicó.
El gobernador afirmó ante la asamblea que los túneles “sin explicaciones” nunca se destaponaron y EPM decidió inundar la casa de máquinas.
Después de los cuatro meses, puntualizó el gerente que EPM se concentró en mitigar riesgos para comunidades aguas abajo, “hemos seguido en un proceso de solidificar la presa, y venimos haciendo un trabajo para los túneles”.
Voceros de EPM
El gerente de Integral de EPM, Luis Fernando Restrepo, dijo, en relación con el diseño de desviación, que desde el principio se planearon dos túneles por el caudal del río del Cauca, pero que estaba presupuestado que iba solo a funcionar uno de los dos más adelante.
Como el nivel del embalse iba a subir, uno solo iba a contar con la capacidad de evacuación.
Ante la acusación de Pérez, de que sobrepasaron el máximo límite de velocidad por segundo y que el túnel fue susceptible a desprendimientos del recubrimiento, “fue un túnel hecho para el verano”, dijo Restrepo que proyectos similares resisten velocidades superiores a la dicha por el mandatario, sin ningún tipo deterioro, o con una caudal superior.
El análisis de túnel mostrado por Pérez indicó que la velocidad de flujo permitida en un túnel hidráulico soportado por pernos y concreto lanzado debe ser inferior a 8 metros.
Los túneles de desviación derecho e izquierdo duraron más de cuatro años, “cuando operaron perfectamente. Su estado es impecable y operaron a velocidades superiores a 8 metros por segundo”, puntualizó el gerente de Integral.
El director comercial y contractual consorcio CCC Ituango, Santiago García, dijo que solo en el macizo excavaron subterráneamente 2,3 millones de metros cúbicos. Se hizo por los métodos de perforación y voladuras.
Unas 4.270 toneladas de explosivos se usaron en sitios más cercanos a los que manifestaron las inestabilidades en superficies, “y nunca durante la excavación se evidenció ninguna inestabilidad”.
Para la voladura del tapón se usaron 2,34 toneladas, que, contra 4.270 toneladas, “no es ni el 1,1 % que empleamos en las subterráneas”.
Agregó que es improbable que las manifestaciones de inestabilidad de superficie del macizo estén asociadas a la voladura.
Pérez comentó que, a partir de estas voladuras, se perdió el control de flujo por los túneles, pero dice García que no entiende la asociación.
Los flujos que se dieron de manera súbita estarían más asociados a la presión de la altura del embalse, que generó fallas en las mismas estructuras de pre-contención o en los techos de los túneles, “mas no se puede asociar con el control de flujos de los túneles”, insistió.
Sobre las inconsistencias entre las fechas de construcción del tercer túnel y la solicitud de las licencias ambientales de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), dijo Londoño que esa incongruencia con los cronogramas que se reportaron motivó la apertura de una investigación interna.