La agencia estadounidense decidió hoy rebajar la calificación de Argentina en moneda local tras el anuncio del intercambio de instrumentos de deuda local a corto plazo el 20 de enero de 2020, que Fitch ha considerado un intercambio de deuda en dificultades (DDE por su sigla en inglés).
La decisión de Fitch se suma a la tomada por la agencia S&P Global Ratings que ayer recortó la calificación del país.
El Gobierno argentino intercambió el equivalente de aproximadamente US$1.400 millones en instrumentos de tasa fija que vencen en los próximos meses por nuevos instrumentos de tasa variable que vencen más adelante en el año.
Fitch no tiene calificaciones de emisión para estos instrumentos a corto plazo, pero son relevantes para los IDR como obligaciones de deuda comercial del soberano.
De acuerdo con sus criterios publicados, Fitch considera que se produjo un DDE cuando ambos implican una reducción material en términos de instrumentos de deuda y se lleva a cabo para evitar un incumplimiento de pago tradicional.
Como lo indicaron las autoridades, el intercambio del 20 de enero implicó una reducción sustancial en términos al extender los vencimientos y bajar las tasas de interés y el capital.
Fitch también cree que el intercambio se realizó para evitar un incumplimiento de pago tradicional, dada la actual situación de dificultades financieras del soberano.
Aunque el intercambio solo afectó una pequeña porción de los próximos pagos, Fitch cree que se llevó a cabo como parte de una estrategia más amplia para retrasar y reducir los vencimientos futuros considerables y espera que se produzcan intercambios similares.
Fitch dijo que mantendrá las calificaciones de Argentina en ‘RD’ hasta que juzgue que el programa de intercambios se ha completado.
De otro lado, confirmó de otras calificaciones de Argentina en ‘CC’ lo cual indica una “alta probabilidad de otro incumplimiento de algún tipo en las obligaciones de moneda extranjera que podría incluir un DDE o incumplimiento de pago tradicional”.
La administración del presidente Alberto Fernández tiene la intención de reestructurar su deuda comercial para marzo, lo que, de ocurrir, es probable que constituya otro DDE.
“No se puede descartar el riesgo de un incumplimiento de pago tradicional, dado un cronograma ajustado para las negociaciones con los tenedores de bonos antes de un aumento en los pagos de la deuda en los próximos meses, y un camino incierto para estas conversaciones”, concluyó.
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