El peor escenario de guerra comercial implicaría una caída del Producto Interno Bruto (PIB) global cercana al 0,4 %, que en casos similares ha fortalecido el índice dólar (DYX) 6,5 %, “lo cual debería traducirse en momentos de volatilidad cambiaria en la medida que los actores principales en esta guerra sigan aplicando aranceles”, señaló Corredores Davivienda.
Sin embargo, no cree que debería traducirse en una presión alcista sostenida para la tasa de cambio en Colombia, dado que es un actor pequeño en este evento y adicionalmente, si bien puede enfrentar una depreciación producto de la importación de excedentes de algunos países, como se ha venido presentado con el acero, también podría recibir un flujo de divisas por la aparición de nuevas oportunidades de exportación, como en el caso del aceite de palma.
“Por lo tanto, para este evento, aunque nos inclinamos por una depreciación, el efecto es relativamente ambiguo”, puntualizó.
Por otro lado, la comisionista indicó que desde la apertura comercial en Colombia (1990), el país se ha visto impactado por dos recesiones en EE. UU., la de 2001 y la de 2008. Ambas causaron una depreciación de la tasa de cambio de aproximadamente 9 %, pero en caso de presentarse este evento, podría ser de menor magnitud a las anteriores debido al actual nivel de apalancamiento que presentan los bancos de Estados Unidos, en ese sentido, la depreciación de la tasa de cambio en Colombia podría ser menor al 9 %.
Finalmente, no descartó la concurrencia de ambos escenarios, lo cual probablemente generaría una depreciación mayor, producto del efecto combinado de ambos sucesos.
“No obstante, pensamos que en la medida que Colombia ha mostrado un mejor desempeño de la economía frente a otros países de la región, cuenta con un espacio fiscal de 1 % del PIB y un riesgo político bajo, contaría con las condiciones para evitar una fuga de capitales, y así mitigar la depreciación”, señaló.
Es decir, que en este escenario combinado en el que podríamos observar un fortalecimiento importante del dólar a nivel global, se presentaría una depreciación de máximo 10 %.