Inditex, el grupo textil dueño de marcas como Zara, Bershka, Pull & Bear, Stradivarius o Massimo Dutti, cerró 2020 con un beneficio de 1.106 millones de euros (un 70% menos frente a los 3.639 de un año antes), tras vender casi un tercio menos (un 28%) por las restricciones en las tiendas o el cierre de las mismas derivadas de la crisis sanitaria.
Las ventas del grupo alcanzaron los 20.402 millones de euros en el ejercicio, que va de febrero de 2020 a enero del presente año, y de esta cifra, 6.600 millones ya se facturaron a través del canal online, que creció un 77% y que ya supone casi un tercio de las ventas totales, por encima del objetivo que se había marcado el grupo (un cuarto de las ventas en 2022).
El grupo acelera su estrategia de digitalización, que inició en 2012 y que se marcaba como objetivos llegar a vender online en cualquier rincón del mundo en 2020 y también tener generalizado un sistema de stock integrado.
Los resultados se dan por buenos tras este año turbulento y el grupo propondrá a la junta de accionistas el reparto de un dividendo de 0,70 euros por acción (0,22 ordinario y un 0,48, extraordinario), que serán retribuidos la mitad el 3 de mayo y la otra parte, el 2 de noviembre.
Este ha sido el ejercicio más complicado en la historia del grupo textil, que, como el resto del comercio no esencial, tuvo que cerrar sus tiendas de marzo a junio y el resto del tiempo ha tenido parte de ellas con restricciones de aforo o de horario. A 31 de enero tenía clausurado el 30% de la red y el 100% ha sufrido algún cierre o limitación en todo el ejercicio.
Como consecuencia de todas estas medidas, Inditex llegó a registrar las primeras pérdidas en su historia en el primer semestre de 2020, volviendo al beneficio en el segundo y el tercero. Durante todo el periodo, las ventas han seguido la curva de las restricciones: se han recuperado cuando se han relajado las limitaciones al comercio (en verano, por ejemplo) y, por el contrario, su caída se ha acentuado cuando se endurecían las medidas (como en el último trimestre).
El canal online ha sido uno de los salvavidas para Inditex, que lleva años desarrollando una compleja arquitectura digital que reposa sobre una plataforma propia (Inditex Open Platform) y que permite, entre otras cosas, preparar los pedidos online en las propias tiendas. Esto es gracias al sistema RFID, que permite rastrear las prendas desde la fábrica hasta el cliente final.
El pasado año se han distribuido desde las tiendas 46 millones de entregas por un importe total de 1.155 millones de euros. Este sistema integrado permite gestionar mejor el inventario disponible y, de hecho, se ha reducido el stock un 9%.
Además de la apuesta por el canal online, el grupo sigue racionalizando su red física. Acabó el año con 6.829 tiendas en todo el mundo, lo que supone el cierre de 640. La estrategia desde hace tiempo es clausurar las menos rentables y de menor superficie para abrir otras más grandes y mejor ubicadas.
Inditex ha dado cifras del arranque de este año, con una caída en las ventas del 15% del 1 al 28 de febrero, periodo en el que el 21% de las tiendas han estado cerradas. Entre el 1 y el 7 de marzo, donde el porcentaje de tiendas clausuradas era del 15%, el descenso en las ventas se limitaba al 4%. Se espera que a mediados de abril la totalidad de la red comercial esté abierta.
(Con información de El Mundo)
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