El Institute of Internacional Finance (IIF) publicó un
documento en el cual analiza las cuentas fiscales de México dependiendo del
desempeño de la petrolera estatal de ese país, Pemex.
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Pemex presentó recientemente su plan de negocios actualizado
en el cual le apuesta a un incremento en la producción de crudo. Para ello, el
Gobierno mexicano pretende hacer inyecciones considerables de capital y
conceder a la compañía exenciones tributarias.
“La compañía tiene relevancia macroeconómica, ya que
representa una parte significativa del gasto y los ingresos del sector público.
Si la producción y las ganancias mejoran según lo planeado, crearán un cierto
espacio fiscal en el mediano plazo. Sin embargo, en escenarios negativos donde
Pemex sigue sin ser rentable, se necesitaría un ajuste significativo para
cumplir con los objetivos fiscales generales del país”, dijo el IIF.
La producción de petróleo de Pemex se ha reducido a la mitad
desde 2004, un descenso que es fuerte pero no sin precedentes en la perspectiva
internacional.
“Sin embargo, la estrategia del Gobierno para apuntalar a Pemex incluye la recapitalización y los recortes de impuestos que tienen un costo para el Gobierno Central, compensando en parte el impacto fiscal positivo de un Pemex más rentable”, explica la entidad.
El IIF cree que, en los próximos dos años, el impacto neto
del plan de negocios de Pemex en el balance fiscal público general será
negativo. En el mediano plazo, el impacto neto se volvería moderadamente
positivo.
“El plan propuesto para rentabilizar Pemex tiene un costo fiscal no despreciable en el corto plazo, pero podría generar espacio fiscal en el mediano plazo. Dado que el aumento previsto en la producción de petróleo está en el rango superior de lo que lograron las recuperaciones anteriores del sector petrolero, es importante considerar escenarios a la baja donde se necesita un ajuste fiscal adicional para compensar la rentabilidad de Pemex inferior a la esperada”, finaliza el texto.
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