La Cámara de la Federación Nacional de Molineros de Trigo (Fedemol) de la Andi y la U.S. Wheat Associates entregaron en Bogotá un balance sobre el mercado de trigo y sus derivados (como el pan) en Colombia en medio de un panorama de invasión de Rusia a Ucrania y salida de la pandemia de Covid-19. Lea más en empresas
Pilar Ortiz, directora de la Cámara Fedemol de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) y Miguel Galdós, director regional de la asociación estadounidense indicaron que Colombia no se ha visto tan afectada a pesar del complejo escenario internacional.
Pilar de Fedemol, que tiene 22 afiliados que representan el 84 % de la producción de harina de trigo fortificada en Colombia, dijo que en el año 2021 el país importó 1,9 millones de toneladas de trigo y produjo 69.700 mil toneladas de harina de trigo fortificada.
En el 2021, dijo la experta, Colombia realizó ventas por $2,9 billones sobre una actividad que tuvo exportaciones que sumaron esas 69.700 toneladas de derivados de trigo como el pan.
Colombia, dijo la líder gremial, solo tiene 2.400 hectáreas de producción de trigo y genera 6.850 toneladas de trigo que, casi en su totalidad es de consumo interno ya que la industria consume 1,8 millones de trigo.
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En resumen, Fedemol indicó que Colombia importa el 97 % del trigo que necesita la industria harinera.
Para el mercado de trigo y harina, Colombia “se quedó rezagada” en tanto su producción total y área sembrada de producción ha caído desde 2008 de un nivel de 57 mil toneladas hasta 6.850 toneladas en 2021 en zonas como Boyacá y Nariño.
En la actualidad, Colombia permite la importación desde EE. UU. y Argentina del trigo con cero arancel, pero los expertos indican que con la volatilidad actual se complica el panorama internacional porque el trigo es una materia prima que se negocia en los mercados internacionales.
Otro factor relevante en el mercado de trigo es que desde 2020 Colombia permitió la importación desde Rusia y Ucrania con cero arancel aplicando una norma para los países con los que no haya TLC.
Hoy en día, Rusia aporta el 1 % de las importaciones de trigo de Colombia, mientras que Ucrania aporte el 0,8 %. Los productores de Canadá aportan el 67 % y EE. UU. el 29 %, siendo los principales proveedores de trigo hacia Colombia.
El mercado del trigo y la invasión a Ucrania
Miguel Galdós, director regional de la U.S. Wheat Associates y que presta servicio técnico a todos los compradores de trigo, dijo que Colombia y casi todos los países de Suramérica son importadores de trigo porque las condiciones de clima necesitan tiempos de frío que no existen plenamente y en las pocas zonas en las que se presentan dichas condiciones no hay facilidad de transporte como sí pasa en EE. UU. por tren.
Así Colombia quisiera ser productor de trigo, el clima y la falta de infraestructura lo harían difícil y más costoso frente cualquier trigo importado.
Citó cinco factores que han afectado el mercado global de granos: El Covid-19, la invasión de Rusia a Ucrania, el papel de los fondos especulativos, el mercado de China y el clima.
Dijo que la pandemia, en general, complicó el transporte de granos a los mercados internacionales por las demoras en los puertos y eso en países como Colombia empeoró con el paro nacional que frenó el descargue en puertos como Buenaventura con demoras de hasta un mes.
Por el lado de la invasión a Ucrania, se afectaron las exportaciones de trigo desde Rusia. Por ello, EE. UU. prevé una reducción en las importaciones desde ese país en tres millones de toneladas hasta 32 millones de toneladas este año.
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Pero, Rusia tiene todavía la posibilidad de enviar ese trigo a mercados aliados como China, Brasil y Bangladesh.
En el caso de Ucrania, el Gobierno de Estados Unidos estima que las exportaciones de trigo se pueden reducir hasta en 20 millones de toneladas por la afectación a la economía en general y por la pérdida de infraestructura de transporte.
Para el vocero de la asociación estadounidense, el resto de los productores mundiales de trigo no podrá responder al déficit de trigo que produce Ucrania y esa oferta afectará el consumo en el mundo entero.
Miguel Galdós entonces señaló que los compradores de trigo se han movido a EE. UU., pero dijo que el sistema de transporte está colapsado y no se consiguen pedidos para antes de agosto -así se ofrezca un precio más alto-.
Colombia, uno de los menos afectados
Galdós declaró que, aunque el precio del trigo ha subido 40 % en los últimos meses, el precio de la harina de trigo fortificada en Colombia no ha tenido el mismo impacto y, por ende, no ha impactado de la misma manera el precio del pan y de otros productos al consumidor final.
Pilar Ortiz dijo, por su parte, que la industria molinera colombiana compra trigo para “cubrirse” durante dos o tres meses.
Otro de los factores que será determinante es que China comprará mucho trigo ruso por sus relaciones comerciales y políticas en medio de una expectativa de tener en próximos meses la peor cosecha de trigo de su historia, lo cual llevaría a que China deba salir a comprar mucho stock en el mercado internacional, agravando la situación.
Las cifras de Fedemol y la U.S. Wheat Associates muestran que durante ocho años hasta el 2019 el mundo produjo más que lo consumió en trigo, pero en los últimos tres años esa ecuación cambió y se están consumiendo los stocks que había en reserva.
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Sobre ello, los stocks mundiales en 2020 alcanzaban para cubrir el 40 % de la demanda global, pero en 2022 solo alcanzan para el 21 % tomando en cuenta que se puede presentar la salida de China por la estimación de mala cosecha.
Y, para completar el escenario, hay sequía en algunas zonas de producción de trigo en Canadá y Estados Unidos.
Colombia, dijo Galdós, sigue siendo el país con el menor valor de su harina en la región porque su valor por saco es hasta US$10 menor a países como Ecuador, en parte porque los márgenes son muy bajos.
A ello se suma que, a diferencia de otros países, la harina colombiana tiene más componentes como azúcar y grasa.
El precio del pan en Colombia es realmente inferior al de la región en general, dijeron Ortiz y Galdós, quienes recomiendan a la industria molinera ver el panorama global con cautela y prepararse para un menor consumo de este carbohidrato en algunos meses.
Al final, los expertos dijeron que es probable que los productores de harina de trigo tengan que trasladar algunas alzas globales al consumidor colombiano.
Pilar y Miguel coinciden en que Colombia está cubierta para responder a la demanda local en medio de un panorama retador probablemente hasta julio del presente año y dependerá el resto de los meses del desarrollo de los temas mencionados y del comportamiento de los precios.