Truvalu inició una alianza con El Lab Innovación, organización colombiana que desarrolla modelos de ‘ecosystem building’.
Colombia no solo se encuentra entre uno de los países más desiguales del mundo, sino que además es uno de los que mayor riesgo tiene durante este año en materia de seguridad alimentaria, teniendo en cuenta que el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), señaló que más de 7,3 millones de colombianos en el 2022 podrían sufrir de hambre. Este hecho es un tanto controversial, viniendo de un país que ha sido considerado como una de las grandes potencias agrícolas en el mundo. Vea más noticias empresariales.
Por esa razón, es que cada día startups, pymes y organizaciones cada vez más le apuestan a desarrollar proyectos con impacto socioambiental positivo dentro de este sector.
Y en este contexto, Truvalu, la empresa de aceleración e inversión holandesa, quien llegó hace más de seis años al mercado latinoamericano, busca contribuir con capital y servicios de desarrollo empresarial para apoyar a estas organizaciones a enfrentar los desafíos de crecimiento sostenible, prácticas de comercio justo que garantice el abastecimiento de materias primas agrícolas provenientes de los pequeños productores, y la promoción de políticas de hambre cero.
Además, desde hace dos años decidió instalarse en Colombia, en donde tiene su oficina central para toda la región y en la que encontró uno de sus principales aliados en la región: El Lab Innovación, organización colombiana que desarrolla modelos de ‘ecosystem building’ dentro de estos sectores, y con la que se trazaron la meta de acelerar e invertir este año en más seis pymes de impacto positivo, con un capital de $1,5 millones de euros.
Un modelo de negocio a largo plazo
Andrés Jiménez, director general de Truvalu para Latinoamérica, explica que su modelo de negocio se divide en dos puntos: ser coinversionistas y coemprendedores a largo plazo para este tipo de pymes. Y resalta el hecho de que lo que hacen es una inversión inteligente, en donde, no solo se aporta capital, sino que también buscan apoyar con experiencia en el desarrollo de las capacidades de las empresas.
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“No dejamos de tener en nuestro ADN una esencia de impacto social a la hora de identificar y tomar la decisión de invertir en una empresa o no. Somos inversionistas de impacto, que también hacen procesos de aceleración como un medio para llegar a las pymes que requieren del capital para hacer crecer su modelo de negocio en el sector”, señaló Jiménez.
En este tiempo, en la región, han tenido la posibilidad de acelerar a más de 50 empresas agroindustriales, en tres países de la región: Colombia, Bolivia y Paraguay, e incluso han invertido más de $1,5 millones de euros en 10 empresas.
Y es que cada vez más fondos privados de capital se interesan por este tipo de sectores, por lo menos así lo demostró un estudio realizado por Capitalia Colombia, en el que más 19,05% de los encuestados indicó que le interesaría invertir en fintechs, luego, siguen industrias como las de tecnología (17,86%); seguido de la agroindustria (11,9%), el internet de las cosas (10,71%) y los alimentos (8,33%).
Cabe resaltar que el Pacto Mundial de las Naciones Unidas define las inversiones de impacto como “la colocación de capital en empresas sociales y otras estructuras con la intención de crear beneficios sociales y medioambientales más allá del rendimiento financiero”.
El Lab Innovación es una organización caleña que desde hace algunos años busca dinamizar las cadenas agroalimentarias y de economía circular, justas e inclusivas a través de un modelo que les permite crecer y tener un negocio sostenible, y con el que ha apoyado a más de 50 pymes y cerca de 75 organizaciones de pequeños productores rurales y recicladores.
Requisitos para acelerar y participar
Santiago Gómez, CEO de esta organización, asegura que esta alianza les permitió poder avanzar en el fortalecimiento del agro latinoamericano y las cadenas agroproductivas. “Además, la unión con un fondo europeo que tiene posición en diferentes continentes, nos ha permitido ampliar la visión y tener un ‘mindset’ más global”.
“Dentro de esta alianza, ellos son los inversionistas y nosotros ponemos la construcción de la estrategia, el mejoramiento de los costos de producción, la implementación de sistemas de medición de indicadores financieros para toma de decisiones, el desarrollo de nuevos canales de comercialización dentro y fuera de Colombia, entre muchas otras disciplinas”, agregó Gómez.
Esta aceleración e inversión es para empresas que tengan dos años de constitución en el mercado, una proyección de crecimiento clara y, principalmente, que generen impacto socioambiental o que sean pymes que compran sus materias primas a una gran red de productores.
Además, hay que tener en cuenta que en Colombia, según un informe oficial del mercado laboral elaborado por el DANE, señaló que más de 3 millones 95 mil personas vivían específicamente de la agricultura. Por eso, también es fundamental que todas las organizaciones se unan con un fin de impulsar el agro y mejorar la calidad de vida de las familias y los productores del campo.