Aunque es posible que no haya un consenso mundial sobre qué es la creatividad, ya que el concepto está abierto a la interpretación, desde la expresión artística hasta la solución de problemas en el contexto del desarrollo económico, social y sostenible, sí lo hay en cuanto a la importancia que la creatividad tiene en la actualidad.
Pero no hace falta ser un genio para crear una cultura de la innovación en nuestras compañías y países en la actualidad. En el siglo XXI, la creatividad y la innovación, tanto a nivel individual como de grupo, se han convertido en la verdadera riqueza de las naciones, según un Informe sobre economía creativa titulado “Ampliar los cauces de desarrollo local” y creado por varias organizaciones de la ONU.
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Hoy, aunque atravesamos una coyuntura desafiante por la pandemia y la innovación se ha convertido en un “cliché” de moda, casi vacío, el mundo ha comenzado a dejar atrás una década de pesimismo y publicaciones como The Economist hablan de un nuevo amanecer del optimismo, gracias a la tecnología que, aunque como sabemos es un medio y no un fin en sí misma, ha contribuido al rápido desarrollo de las vacunas y con suerte podrá contribuir a generar una nueva era de la innovación que podría elevar el nivel de vida de nuestros países, especialmente si los gobiernos ayudan a que prosperen las nuevas tecnologías e ideas.
