En un nuevo análisis sobre el comportamiento que se espera del mercado petrolero en el mundo, Moody’s explica qué factores mejorarían los precios y cuáles empezarían a poner en riesgo la reactivación que viene dándose en el segmento desde las últimas semanas de 2020.
Para la firma calificadora, los precios tanto del petróleo como del gas van a mantenerse en equilibrio en el mediano plazo de 2021, siempre y cuando se dé una recuperación más constante de la economía en Asia, Estados Unidos y Europa.
Explica el informe que, a medida que se reactiven esos mercados, la demanda del material crecerá; sin embargo, podría darse un fenómeno desigual en diferentes industrias que basan parte de su operación en estos dos materiales.
Un punto a tener en cuenta, dice Moody’s, tendrá que ver con el vuelco en la política energética que llegará a la Casa Blanca de la mano con Joe Biden, como nuevo presidente de los Estados Unidos. Explica la firma que el hecho de que Biden se comprometa a hacer una reducción de las emisiones de carbono, pone otro panorama para las firmas petroleras.
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De hecho, gran parte de la política pública estará centrada en motivar inversión para que la transición energética sea una realidad durante este año.
Además de prohibir los permisos futuros en terrenos federales y en aguas de Estados Unidos, y volviendo al Acuerdo Climático de París, la administración Biden tiene la intención de modificar las regalías para tener en cuenta los costos climáticos, advierte Moody’s.
También se menciona una probable oposición a las exenciones para aumentar efectivamente los costos de las refinerías y de esta manera cumplir con el estándar de combustibles renovables.
Todavía así, “los productores más fuertes liderarán la recuperación, buscando oportunidades de consolidación para ser más competitivos en costos, aumentar la escala y la flexibilidad del capital, y racionalizar la producción de mayor costo”, se lee en el análisis.
El llamado de atención es a que será inevitable que los productores ineficientes enfrentarán crecientes riesgos de liquidez e insolvencia, propios de las consecuencias de un mercado seriamente afectado en 2020.
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