Davivienda Corredores lideró un nuevo conversatorio en el que se trataron temas como la consolidación de la cultura organizacional y el espíritu innovador, especialmente en momentos de crisis como el que actualmente enfrentan Colombia y el mundo.
Miguel Cortés, presidente del Grupo Bolívar, aseguró en charla con Germán Cristancho, gerente de Investigaciones Económicas y Estrategia en Davivienda Corredores, que el consejo más importante que pudiera darle a emprendedores o empleados es que las crisis deben ser excusa para reforzar los valores con los que se trabaja.
Aseguró Cortés que, en el caso del Grupo Bolívar, la mezcla del liderazgo a través del ejemplo y la consistencia entre los principios y las acciones han sido la clave para consolidar la cultura en las compañías.
El directivo aseguró que su padre, José Alejandro Cortés, durante sus 55 años en el grupo se puso a la tarea de que la compañía fuera reconocida por sus principios y valores, el respeto por el medio ambiente, la importancia del compromiso social y la conformación de una gran familia con todos los integrantes del Grupo Bolívar.
De ahí que sean cuatro los pilares sobre los que se forja la cultura organizacional del Grupo Bolívar: el respeto, la honestidad, la equidad y la disciplina. La convergencia de esos ideales hace, según Cortés, que los empleados entiendan cosas básicas: el valor por lo que entrega el Grupo, pero también el hecho de que los clientes son el fin de la empresa.
“El propósito superior es enriquecer la vida con integridad: interesarnos por los clientes. Nuestros clientes no son transacciones, son personas. No somos Grupo Bolívar, sino Familia Bolívar. Estamos dedicados a nuestros 15 millones de clientes y contribuimos desde el núcleo”, aseguró Cortés.
El otro apunte importante del presidente de Grupo Bolívar tiene que ver con qué tan grande puede llegar a ser una familia empresarial y cómo manejar esa expansión.
La compañía tiene varias ramas entre las que se cuentan a Seguros Bolívar, Banco Davivienda, Davivienda Corredores, Constructora Bolívar, entre otras. Sobre cómo hacer que estas converjan, asegura Cortés, es primordial que cada firma haga su vida empresarial “conforme a su manera de ser”.
“Como familia esperamos que cada uno de nuestros hijos sea diferente. Davivienda tiene una personalidad, Constructora Bolívar otra, y así. Pero siempre cumplen valores universales del Grupo. La diversidad hace más fuerte a una compañía”, complementó el directivo.
Y para lo anterior se necesitan líderes acordes a las necesidades y exigencias de cada empresa, pero también, líderes que entiendan las coyunturas, que sepan leer las metas.
“Se buscan líderes transformadores, que potencialicen lo que tienen porque le invierten tiempo a su gente. Líderes que se preocupan y escuchan al cliente. Se requiere de un liderazgo social, también. Un líder que hable y haga por mejorar al país”.
Pero esos liderazgos deben tener los pies en la tierra. Un objetivo esencial para el Grupo Bolívar se centra en encontrar perfiles que vean en el desarrollo social una oportunidad para crecer.
Cortés recordó que el hecho de entender que las iniciativas sociales por sí solas son insostenibles, le ha ayudado al Grupo para saber cómo ir más allá de entregar ayudas a una comunidad afectada, por ejemplo.
De ahí que programas como Social Skin se conviertan en base fundamental de la estructura empresarial de la firma. “La responsabilidad social también puede volverse en algo rentable, y allí hay una oportunidad única con los jóvenes.
Encontramos que los millennials tienen a flor de piel el interés social. Lo respiran, lo viven y quieren hacer el bien. Hay que aprovechar esa energía para crear”.
Sobre los retos que tiene la compañía, y a los que Cortés sumó a las firmas más antiguas del país, el más importante se debe enfocar en cómo aprenderle a las startups “que van a 300 kilómetros por hora, cuando las compañías más grandes van a 40 kilómetros”.
El directivo aseguró que desde el Grupo Bolívar ya pisaron el acelerador para ponerse a ese ritmo. De ahí que la inversión en innovación deba cumplir tres pilares fundamentales: que sea confiable, amigable y sencilla.
“Lo disruptivo debe llevarnos a hacernos preguntas que no teníamos en el radar. Desde ahí es de donde nace la innovación más sustancial. Desde ahí es que vemos los cambios más representativos”, concluyó Cortés.
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