En el marco de un evento organizado por Skandia, sobre las perspectivas económicas de Colombia para el año 2022, varios expertos se centraron en evidenciar y entender cuáles son los principales retos del país.
Varios de los expertos concordaron en asegurar que, para Colombia, es destacable que se llegue a 2022 con un rebote de su economía cercano al 10 %.
Ese fenómeno sin duda es catalizador de parte de las principales necesidades del país; sin embargo, también debe ser excusa para evidenciar las tareas pendientes.
Ana Fernanda Maiguashca, presidenta del Consejo Privado de Competitividad, explicó que el país se enfrenta, a pesar del destacado crecimiento del año pasado, a la necesidad de reflexionar sobre los riesgos.
Vulnerabilidades al corto plazo
Explicó Maiguashca que la vulnerabilidad pone amenazas no solo porque puede generar un menor crecimiento de la economía nacional.
“Hay vulnerabilidades que son síntomas de unas iniciativas y reformas que se necesitan liderar para Colombia, que claramente se ven influenciadas por el ambiente político del país”, dijo Maiguashca.
Justamente en ese sentido, Leopoldo Fergusson, director del Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico y profesor de la Universidad de Los Andes, puntualizó en la pérdida de capital político que deja el actual Gobierno de Colombia para plantearse la posibilidad de llevar a cabo reformas estructurales.
Recomendado: Reforma tributaria en Colombia 2022: ¿será una realidad?
“Uno de los retos más complejos del país es la recuperación de los trabajos. Los empleos formales están siendo muy difíciles de recuperar y eso pasa por reformas complejas”, puntualizó Fergusson.
Mejoras fiscales
Otro punto en común entre los analistas tiene en cuenta el hecho de que Colombia necesita hacer algo respecto al manejo de sus cuentas, esto último para que el país cuente con un sistema tributario consecuente con las urgencias que se heredan de la pandemia.
“La necesidad de ajustes para tener cuentas públicas más sanas tiene que pasar por la racionalización de los gastos que hacemos, pero también con una reforma fiscal más justa, recaudadora y eficiente”, agregó Fergusson.
En ese sentido, para Maiguashca una deuda por el 62 % del PIB y un déficit fiscal cercano al 7 %, así disminuyan frente a las metas del Gobierno, siguen siendo altos y se suman a los riesgos que tiene el país.
Posición que comparte Catalina Tobón, gerente de Estrategia de Inversiones Económicas de Skandia. Para la analista, esa deficiencia fiscal del país es un punto a tratar sobre todo con base en las declaraciones de las agencias de calificación sobre Colombia.
“Hay que empezar a analizar la vulnerabilidad de las inversiones. Hay que acotar las vulnerabilidades de las calificadoras. Recuperar el grado de inversión parece entonces complejizante a cuenta de las distintas coyunturas de la economía nacional”, añadió Tobón.
Por lo demás, los expertos concuerdan en decir que las presiones inflacionarias coyunturales externas serán nuevos retos a superar, al tiempo que se tratan detalladamente los efectos inflacionarios locales, como lo es, por ejemplo, el incremento del salario mínimo.
En ese último punto habrá que ver cuál sea la ruta que tome el Banco de la República en cuanto a la definición del ritmo para el incremento de las tasas de interés.