La Dirección de Estructuración en Mercado de Capitales de Bancolombia reveló un nuevo análisis sobre el Mercado Global Colombiano (MCG) y las diferentes opciones de inversión que se encuentran.
Esto considerando que septiembre cumplió nuevamente con su reputación de ser el peor mes en términos de retornos, con caídas de -9,34 % ante datos de inflación que no ceden como se espera y una respuesta de política monetaria muy restrictiva por parte de los principales bancos centrales en el mundo, con la FED aumentando sus tasas en 75 puntos básicos.
Con motivo de la oferta de ETFs que está disponible en el sistema transaccional del MCG, Bancolombia consideró relevante revisar la perspectiva de inversión en términos internacionales, la cual los clientes podrán implementar a través de la Bolsa de Valores de Colombia, en pesos y sin necesidad de abrir una cuenta en el exterior gracias a estos nuevos vehículos.
De esta manera, sus proyecciones son las siguientes:
Acciones: Perspectiva Negativa
Baja a una postura negativa nuevamente para los próximos tres meses, dado un contexto macroeconómico complejo, valuaciones aún justas para las acciones globales, una estacionalidad que no siempre acompaña (durante periodos de recesión) y utilidades que aún no han reflejado una potencial recesión y compresión de márgenes ante una alta inflación.
Renta Fija: Perspectiva Neutral
Mantiene una posición neutral en el activo ante un mercado que sigue reflejando una alta incertidumbre y dependerá del comportamiento de la inflación. Si bien reconoce atractivo en las tasas de interés, prefiere activos de mayor calidad crediticia ante incrementos en las expectativas de recesión y deterioro en los balances de las empresas por una menor actividad económica por condiciones financieras más ajustadas.
Otros ETF: Positiva
En cuanto a la tasa de cambio del dólar con respecto al peso, Bancolombia mantiene una perspectiva alcista principalmente por el fortalecimiento que presentaría el dólar al ser considerado como un activo refugio ante la incertidumbre de una probable recesión económica en Estados Unidos, que causa una disminución del apetito por activos de riesgo y una mayor preferencia por la liquidez.
Adicionalmente, el deterioro de las condiciones financieras en el mundo, el mayor diferencial de tasas y la incertidumbre local generan presiones de devaluación del peso con respecto al dólar.
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