Un informe de inteligencia detalló los intentos de Irán y Rusia de interferir en las elecciones de Estados Unidos de noviembre de 2020, que dejaron como resultado la salida de Donald Trump de la Casa Blanca.
El documento de la Oficina del Director Nacional de Inteligencia desclasificado por AP detalló que se detectaron acciones provenientes de esos países para cambiar el resultado. Sin embargo, este no confirma que fueran efectivos.
Rusia intentó favorecer la reelección de Trump y, según dice el reporte, las acciones fueron autorizadas por el propio presidente Vladimir Putin. Esa revelación recuerda lo sucedido en los comicios de 2016, en los que también se detectó una injerencia de Moscú en el proceso.
En contraste, el régimen iraní intentó favorecer al demócrata Joe Biden para conseguir, así, que el republicano se alejara de la Casa Blanca. Vale anotar que la administración anterior fortaleció las sanciones contra ese país.
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Señalan que desde Irán se intentó socavar la confianza en el sistema electoral, mientras que desde Rusia se auspiciaron los señalamientos contra el anterior Gobierno de Obama-Biden para, supuestamente, evitar que se investigara a Hunter Biden.
Y, aunque en campaña Trump alegó que China también intentó afectar el proceso democrático estadounidense, la Oficina del Director Nacional de Inteligencia no encontró evidencias de que esto sucediera.
Ese es el documento más detallado publicado hasta ahora respecto a las posibles injerencias extranjeras en las elecciones de 2020, un proceso marcado por las falsas declaraciones del candidato republicano sobre inconsistencias no probadas en el sistema de voto.
Pareciera, por ahora, que el sistema electoral de Estados Unidos logró mantenerse firme ante los intentos de intervención, pues el reporte señala que no hay indicios de que estos afectaran aspectos técnicos del proceso.
AP escribió que funcionarios de inteligencia creen que Rusia buscó influir en personas cercanas a Trump como una forma de inclinar las elecciones a favor del republicano que terminó dejando la Casa Blanca sin, si quiera, entregar el poder a su sucesor.
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos se desarrollaron en medio de un panorama convulso por el reñido conteo de sufragios de noviembre y las demandas de la campaña republicana para frenar ese proceso.
Si bien esas providencias no cumplieron con los deseos del exmandatario, este alentó a manifestantes que perpetraron el Capitolio el pasado seis de enero, cuando el Senado se disponía a confirmar el triunfo de Joe Biden.
Particularmente, el documento de la Oficina del Director Nacional de Inteligencia fue entregado a Trump el día después de esos sucesos como una forma de certificar que las autoridades sí detectaron intentos de injerencia extranjera, pero que estos no dieron resultado.
Precisamente, este martes los departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional, en el que participan el FBI y la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad, se pronunciaron sobre este caso.
Esas carteras descartaron que gobiernos extranjeros lograran de forma efectiva poseer, controlar o dirigir la infraestructura electoral.
Esa misiva reconoce que actores afiliados al gobierno ruso, chino e iraní intentaron impactar la seguridad de ciertas redes durante las elecciones federales de 2020.
No obstante, dice que “los Departamentos no encontraron evidencia de que ningún actor afiliado al gobierno extranjero haya manipulado resultados electorales o comprometió de otra manera la integridad de las elecciones federales de 2020”.
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