La presidente de la Federación Nacional de Biocombustibles de Colombia (Fedebiocombustibles), Carolina Rojas, aseguró que estos energéticos se han convertido en una de las soluciones para lograr la descarbonización de la industria del transporte en todas sus líneas.
Es por eso que la nueva presidente ejecutiva del gremio pide a la industria y el Gobierno Nacional aumentar las mezclas para ayudar a cumplir las metas medioambientales del país a 2030 y 2050, así como reducir las cargas fiscales.
“Todo empieza con el biodiésel y el bioetanol que son líquidos que todos los colombianos estamos consumiendo cada vez que nos montamos a nuestros vehículos, cada vez que consumimos alimentos que son transportados en carga”, indicó Rojas.
La líder gremial recordó que, en el pasado reciente, los biocombustibles se han consolidado dentro de las políticas públicas de Colombia a través de la participación en la Ley de Acción Climática, en el Plan Nacional Energético de la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME), en el Conpes de transición energética y, más recientemente, en las bases del Plan Nacional de Desarrollo.
La importancia de los biocombustibles para Colombia
De acuerdo con Carolina Rojas, los biocombustibles para Colombia son importantes porque son parte de la cadena de combustibles del país. “Para mostrar un poco en dónde estamos: tenemos la demanda de energía de Colombia a 2021, según la UPME, que muestra que el sector que más demanda es el de transporte”, indicó.
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Lo que los biocombustibles le aportan a la demanda es, en promedio y gracias al Programa Nacional de este energético, desde 2011 en biodiésel se ha aportado, aproximadamente, 11.000 barriles diarios lo que corresponde al 10 % de la demanda de esos combustibles.
En el caso del bioetanol ha aportado nos 7.000 barriles diarios que podría corresponder al 7 % de la demanda nacional de gasolina.
“Todos los colombianos, hoy en día, estamos consumiendo biocombustibles. Por eso, somos muy importantes para la movilidad de casi 18 millones de vehículos que circulan en el país”, precisó Rojas.
La líder gremial insistió en que los biocombustibles, además, son energía líquida renovable que parte del sol hacia la movilidad de las personas. Pero, ¿cómo se hace? A través de las materias primas.
En otras palabras, la energía del sol y el CO2 es absorbida por nuestra materia prima: aceite de palma y la caña de azúcar, y esa es la contribución que hace esta industria a la cadena de la movilidad.
Lo que quiere decir que con la utilización del biodiésel se reduce en 83 % las emisiones correspondientes a un combustible determinado y, en el caso del bioetanol, al 73 %. Lo que se traduce anualmente en tres millones de toneladas de CO2 equivalente.
“Esto podría verse como quitar del parque automotor un millón de vehículos; esto lo que nos dice es que somos una alternativa real para la descarbonización del sector de transporte. Inclusive, podríamos apoyar en la meta de descarbonización del sector en un 16 %”, manifestó Carolina Rojas.
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Aportes a la economía colombiana
La industria de los biocombustibles en Colombia aporta al 7,6 % del Producto Interno Bruto (PIB) $5,8 billones en ventas y ayuda a reemplazar la dependencia a los combustibles fósiles.
Pues, de acuerdo con Rojas, al haber mayor nivel de biocombustibles se tendrá que importar menos gasolina de otros países; asimismo, se tendrían que subsidiar menos combustibles, lo que ayudaría a construir a las finanzas públicas.
Así como también a liberar recursos que pueden ser utilizados para la educación y la salud.
Entonces, ¿cuál es el futuro? En línea con las declaraciones de Carolina Rojas, presidente de Fedebiocombustibles y las proyecciones de la Agencia Internacional de Energía (IEA), a 2050 los biocombustibles aumentarán su importancia en la demanda global de energía, llegando casi al 70 %.
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Eso implica que se aumente en casi en 2,5 veces el volumen de los biocombustibles diarios que se van a requerir.
Estas cifras les abren paso a varios escenarios de oportunidades, por un lado, en aumentar los biocombustibles tradicionales (biodiésel y bioetanol), pero también los avanzados (los que se necesitan para la sostenibilidad de la aviación y para el transporte marítimo.
Ahora bien, según un estudio de Cerrito Capital en 2019, si se aumentan las mezclas que hoy se tienen, tanto en biodiésel como en bioetanol, habrá resultados positivos en la generación de casi 49.000 empleos adicionales y más de US$1.000 millones de inversiones -solo en la parte de biocombustibles- sin tener en cuenta las inversiones que podrían irse al campo colombiano.
