Venezuela, la potencia en petróleo de Latinoamérica, tiene una infraestructura para extraer el crudo que funciona con precariedad. La producción cayó, literalmente, en picada, y el número de plataformas petrolíferas operando con normalidad descendió hasta los mínimos posibles.
Tarek El Aissami, el ministro del Petróleo, prometió que en 2021 Petróleos de Venezuela (Pdvsa) llegaría a los 1,5 millones de barriles diarios, pero los indicadores del sector de los últimos años evidencian que el país está lejos de cumplir esa meta.
La militarización de la empresa estatal, el descuido del régimen y las sanciones impuestas por Estados Unidos hacen que el poco crudo que es producido en el país no pueda salir con normalidad a los mercados internacionales.
Por el contrario, los cargamentos parten rumbo a Cuba e Irán para pagar los favores de Maduro con los gobiernos de esos países, el crudo no se procesa y la gasolina en el país se vende a precio cero ante la escasez del combustible y la incidencia del tráfico ilegal.
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Solo en abril, Venezuela produjo 520 kb/d (miles de barriles diarios) del hidrocarburo, marcando una caída respecto a marzo, cuando ese indicador se había situado en 550 kb/d, de acuerdo con el informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA).
En el primer trimestre de 2021 el promedio de producción fue de 0,52 mb/d, lejos de las estadísticas de sus pares de la Opep que quintuplican esos números. Aún cuando los resultados son precarios, el balance de lo que va de 2021 es positivo si se compara con los 400 kb/d que registró en el verano de 2020.
Para 2015 el país producía 2.580 mb/d (millones de barriles diarios), pero ese indicador comenzó a caer de manera pronunciada hasta ubicarse en 555 mb/d en 2020, según los datos de US Energy Information Administration.
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La debacle también se hizo evidente en las plataformas petrolíferas. En marzo de 2016 el país contaba con 71 de estas estructuras operando, pero de junio a septiembre de 2020 las infraestructuras que estaban habilitadas llegaron al mínimo posible: uno.
Pedro Carmona, experto en petróleo, detalló que Venezuela requiere una inversión de mínimo US$30.000 millones para rescatar a Pdvsa. Esa cifra, prácticamente, se duplicó en un documento interno de la compañía filtrado por Reuters, en el que estimaron que se necesitan US$58.000 millones para recuperar la producción petrolera.
Venezuela busca reiniciar dos de sus cuatro mejoradores de crudo en los próximos meses. De acuerdo con la IEA, esto podría permitirle elevar los flujos de crudo extrapesado del Orinoco, que están inoperantes desde 2019, cuando las sanciones de la Casa Blanca bloquearon la venta de crudo de Pdvsa a empresas estadounidenses.
El régimen de Nicolás Maduro necesita el flujo de caja que representa la petrolera para el Estado y la empresa requiere una inyección urgente de capital para recuperar su nivel del pasado. Una relación de interdependencia en un país que en pleno de 2021 tiene niveles del PIB que corresponden a los de 1950.
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