Un conjunto amplio de organizaciones sociales, empresariales, académicas y comunitarias alzó su voz para pedir unidad, defensa de la democracia y esperanza para el futuro de Colombia. Esta iniciativa ciudadana surge como una respuesta al ambiente de angustia e incertidumbre que, según sus promotores, se ha extendido entre los colombianos ante los nuevos hechos de violencia y las amenazas al orden institucional.
Esta reflexión fue suscrita por un total de 106 organizaciones de todo el país, incluyendo gremios nacionales, centros de pensamiento, fundaciones, universidades, asociaciones empresariales y de la sociedad civil. Entre ellas se encuentran la ANDI, Proantioquia, Asobancaria, Fedesoft, la Federación Nacional de Cafeteros, Transparencia por Colombia, el Instituto de Ciencia Política, la Universidad Eafit, Civix Colombia, el Comité Intergremial de Antioquia, la Fundación Mi Sangre, la Cámara Colombiana de Infraestructura, el Consejo Privado de Competitividad, entre muchas otras.
La carta comienza reconociendo el oscuro panorama actual: la inseguridad, el miedo, la zozobra, la sensación de que el futuro está en pausa y de que el país ha entrado en una especie de “depresión colectiva”. No obstante, el mensaje central es de esperanza. “En el corazón de 50 millones de colombianos también anida la esperanza”, aseguran los firmantes, quienes proponen que es tiempo de construir una visión positiva de futuro, sin importar diferencias políticas o regionales.
Gran llamado de las organizaciones al país
Uno de los llamados clave del texto es la necesidad de defender el orden institucional. Para sus autores, no es posible gobernar desconociendo las reglas democráticas. “Las instituciones que resisten las tormentas son las que construyen futuro”, afirman. De allí surge una advertencia: la democracia está en riesgo cuando no es seguro ser candidato, cuando se vulnera la Constitución o se desconocen los roles de las ramas del poder público.
En ese contexto, los firmantes manifiestan su respaldo a cuatro actores fundamentales: el Consejo de Estado y la Corte Constitucional, a quienes piden ser faros éticos; el Congreso, al que llaman a buscar acuerdos sin populismo; la fuerza pública, para que proteja a los candidatos y electores; y la Registraduría, de la que esperan eficiencia y transparencia en el proceso electoral de 2026.
El llamado central de esta carta es convertir la angustia en esperanza. Para ello, se requiere liderazgo con carácter, valentía para poner límites, disposición a escuchar voces diversas y capacidad de asumir la responsabilidad histórica del momento. “La seguridad no tiene ideología”, señalan enfáticamente, al tiempo que piden elecciones seguras y libres para 2026.
El mensaje cierra con una frase contundente: “Se darán cuenta, al hacer lo correcto, que detrás suyo, apoyándolos, hay millones de ciudadanos, miles de organizaciones sociales, académicas, empresariales y comunitarias que estamos repitiendo a voces: ¡más esperanza, más democracia!”.
El documento aclara además que la lista de firmantes sigue creciendo en su versión digital, lo que refleja una voluntad colectiva creciente por cuidar la democracia, rechazar la violencia y reconstruir la esperanza desde los valores institucionales.
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