Así fue como Santiago de Chile usó un evento deportivo para catalizar su desarrollo

En el marco del Foro de Desarrollo Local 2025 de la OCDE, el gobernador de esa región indicó cómo este tipo de eventos confluyeron para reinventar la ciudad.

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Santiago es una ciudad por la que ha pasado mucha de la historia que ha hecho de Chile el país que es hoy. Sin desconocer esa historia previa, un evento más bien reciente, como el descontento social que se manifestó en el estallido social de 2019, causó la destrucción de parte significativa de la infraestructura de la ciudad, que desde entonces buscó reinventarse.

La oportunidad llegó en 2023, con los Juegos Panamericanos de Santiago, que llevaron a la capital austral a una transformación que no solo fue de concreto, sino también de inversión social y cultural que significó un cambio paulatino pero constante que le permitió cambiar su rostro.

El gobernador de la Región Metropolitana de Santiago, Claudio Orrego, le contó a Valora Analitik parte del secreto que llevó a Santiago a ser el atractivo destino turístico y de negocios que es hoy, en el marco del Foro de Desarrollo Local de la OCDE que se lleva a cabo en Barranquilla, ciudad que, paradójicamente, perdió la sede de esos mismos juegos por desavenencias con el Gobierno Nacional y que costó la pérdida de varios millones de dólares para el Estado y para la ciudad.

P: ¿Cuáles son las enseñanzas que llevaron al modelo de ciudad que hoy tiene Santiago de Chile?

R: Creo más que un modelo de ciudad, lo que hemos tratado de compartir es un poco la experiencia que tuvimos nosotros en torno a los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 que fueron como una buena excusa, un gran catalizador no solamente de posicionar a Santiago como la sede de los grandes eventos deportivos de América Latina.

P: ¿Han mantenido esa apuesta?

R: Este año tenemos seis copas del mundo en Santiago y no solo  estamos postulando también a los Juegos Olímpicos de la Juventud y también a otros grandes eventos, sino que también nos de alguna manera articular la oferta deportiva con una cohesión social y transformación cultural de la gente en torno al deporte, o sea, nos preparamos mucho mientras construíamos la infraestructura, llevamos deporte a los barrios, cambiamos la cultura a la gente, acercamos algo que no fuera solamente de fútbol, a la comunidad.

P: Y el turismo…

R: A toda la gente que llegó se fue no solamente sabiendo que Santiago era capaz de organizar grandes eventos deportivos o que teníamos buena infraestructura, sino que teníamos grandes montañas, que teníamos buena infraestructura hotelera, que teníamos grandes viñas. Es decir, aprovechamos esto como una excusa para construir una marca de ciudad que se proyectara en el tiempo.

P: ¿Por qué el deporte?

R: Podríamos partir de la cultura, como el caso de Barranquilla, pero partimos con el deporte porque se nos dio la oportunidad y eso fue muy interesante porque además aprovechamos para hacer adelantos urbanos en la ciudad con la excusa de los Panamericanos.

La zona donde estaba la Villa Panamericana es una zona abandonada hace muchos años. Bueno, la transformamos en viviendas de interés social que se dividieron para los para la Villa Panamericana y que después se le entregaron a la comunidad. Ese tipo de efectos virtuosos creo que fue un poco lo que quisimos compartir hoy día en la lógica del legado.

El gran desafío de un evento deportivo de carácter global no es el día que parte, sino el día después que termina. Y en eso creo que Santiago ha sido exitoso.

P: ¿Cómo ello se compagina con las iniciativas del orden nacional?

R: Fue muy interesante cómo fuimos capaces de articularla. Por ejemplo, para quien conoce Santiago sabrán que la Alameda es la principal avenida de la ciudad. Por ahí pasan dos millones de personas todos los días. Nosotros ya teníamos un proyecto de renovación urbana, de recuperar la principal avenida.

Pero claro, con la excusa de los Panamericanos se alinearon todos los astros. Juntamos al gobierno nacional, a los gobiernos locales, a la comunidad, a las universidades… O sea, a veces los efectos de los eventos deportivos, los eventos globales, si bien no son la respuesta en sí mismo, pueden ser un catalizador que genere la sinergia que permita unir a todas las partes para hacer otro proyecto.

El proyecto de la Alameda era un proyecto de renovación urbana, no tenía nada que ver con deporte, pero todos los deportistas que fueron pasaron por la Alameda y dijeron: «Qué lindo está Santiago».

P: Ya en retrospectiva, ¿cuáles son las ganancias para la ciudad?

R: La imagen de Santiago hoy en día. Nosotros –¿recuerda?– tuvimos un estallido social que dejó la ciudad semi destruida. La ciudad vuelve a estar limpia, la gente se reencontró con un Santiago moderno, vigoroso, con una urbe que está con una mejor autoestima desde el punto de vista de sus capacidades.

Lo más importante de ese solo hecho de los Panamericanos permitió hoy día seis, siete, ocho… diez eventos de escala mundial que han permitido seguir consolidando la imagen de Santiago como una ciudad líder en nuestra región.

P: ¿Ha sido catalizador también para otras para otras regiones o ciudades de Chile?

R: Sin duda alguna, porque siempre hemos dicho que la gracia del turismo no solamente es traer a alguien. Cuando tú estás en el extremo del mundo –ustedes están en el Caribe–, si alguien va hasta allá, invitarlo a quedarse un día más es mucho más fácil.

Entonces, tú traes a alguien con el motivo de estos grandes eventos que se organizan en Santiago, pero después toma un avión y se va al sur, a las Torres del Paine, se va a Isla de Pascua, se va al norte…

En fin, creo que lo que hemos demostrado que el éxito de Santiago, por el cual entra la mayor parte de todos los turistas de Chile, también hace que se vean beneficiadas el resto de las regiones, en la medida que el turista se queda más días en el país.