El Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal de Estados Unidos ha emitido una orden que suspende temporalmente la decisión del Tribunal de Comercio Internacional (CIT), que había invalidado la mayoría de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump.
La medida permite que los aranceles permanezcan en vigor mientras se considera la apelación presentada por la administración Trump.
Esto un día después de que un tribunal comercial dictaminó que Trump había excedido su autoridad al imponer los derechos y ordenó un bloqueo inmediato de los mismos.
La Casa Blanca ha calificado la decisión del CIT como una extralimitación judicial y ha anunciado su intención de llevar el caso hasta el Tribunal Supremo si es necesario. La portavoz Karoline Leavitt afirmó que «la administración ya ha presentado una moción de urgencia para suspender la decisión mientras se resuelve la apelación».
El Tribunal de Apelaciones ha solicitado a las partes involucradas que presenten sus argumentos por escrito antes del 9 de junio, momento en el cual se evaluará la posibilidad de mantener o revocar la suspensión temporal de los aranceles.
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Contexto de los aranceles de Trump
El 2 de abril de 2025, el expresidente Trump anunció una serie de aranceles generalizados, conocidos como los aranceles del «Día de la Liberación”.
Estos aranceles fueron justificados por la administración Trump como una respuesta a la crisis del fentanilo, argumentando que estos países contribuían al tráfico de esta sustancia hacia Estados Unidos.
Sin embargo, el Tribunal de Comercio Internacional dictaminó que Trump se había excedido en su autoridad al imponer estos aranceles bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA), argumentando que no existía una «amenaza inusual y extraordinaria» que justificara tal medida.
Implicaciones económicas
La reinstauración temporal de los aranceles ha generado incertidumbre en los mercados internacionales y entre los socios comerciales de Estados Unidos. Empresas y gobiernos están a la espera de una resolución definitiva que clarifique el rumbo de la política comercial estadounidense.
Este caso destaca las tensiones entre el poder ejecutivo y el judicial en la formulación de políticas comerciales, y su resolución podría sentar precedentes importantes sobre los límites de la autoridad presidencial en materia de comercio internacional.
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