El presidente de Argentina, Alberto Fernández, sostuvo que el Gobierno está haciendo todo lo posible para evitar el incumplimiento de su deuda.
Aun así, dio a entender que el impago puede suceder en un escenario posterior al coronavirus puesto que varios países enfrentarán problemas de deuda.
Fernández mencionó que los tenedores de bonos ofrecieron alternativas como suspender los pagos de la deuda durante cuatro años antes de reanudar en las condiciones originales, lo que, según él, el Gobierno rechazó porque quiere un acuerdo que resuelva el problema de la deuda a largo plazo.
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Dijo además que su Gobierno enfrenta el problema con “absoluta seriedad” y que ha preparado una oferta de reestructuración respaldada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero que ahora es el momento de esperar que los tenedores de bonos entiendan las condiciones que enfrenta Argentina.
Fernández minimizó un poco el impacto de un impago, alegando que el país ha estado en un incumplimiento virtual durante varios meses ya.
A pesar de ello, reconoció que no honrar la deuda hará que la recuperación económica de Argentina sea más difícil, pero argumentó que el no pago de la obligación luego del coronavirus no será lo mismo o tan dañino como lo ha sido en el pasado porque habrá muchos países en la misma condición.
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A juicio de analistas, no está claro si este Gobierno está minimizando el daño potencial de un incumplimiento para asustar a los tenedores de bonos y persuadirlos para que acepten la oferta agresiva de canje de deuda.
En Argentina, se presentan algunos rumores de periodistas vinculados con el partido gobernante, Frente para la Victoria (FPV), que dicen que el Ejecutivo cree que un incumplimiento podría ayudar a la reestructuración al presionar a los inversores que no quieren litigar a ingresar a una segunda oferta prospectiva.
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