La industria del chocolate, clave para el sector agroindustrial colombiano, enfrenta retos crecientes relacionados con la sostenibilidad y la inocuidad alimentaria.
Detrás del producto final que llega a millones de consumidores, existe una cadena de producción compleja donde el uso eficiente del agua y el control microbiológico se vuelven factores críticos.
La producción de cacao, materia prima del chocolate, demanda más de 20.000 litros de agua por kilo, considerando riego, fermentación, limpieza industrial y enfriamiento. Esta cifra posiciona al cacao como uno de los cultivos con mayor huella hídrica.
Según Diego Varrá, líder de la unidad de alimentos y bebidas de Ecolab para Latinoamérica, “sin prácticas responsables en limpieza, manejo del agua y control microbiológico, productos como el chocolate tienen riesgo de existir en el futuro”.
El proceso, desde la cosecha hasta la transformación en chocolates y otros productos, puede presentar riesgos si no se cumplen protocolos estrictos. Una de las principales amenazas es la contaminación con bacterias como Salmonella, lo que hace indispensable mantener estándares elevados de higiene y desinfección.
Producción y exportaciones de cacao y chocolate
Colombia alcanzó en 2024 una cifra récord de 67.678 toneladas de cacao producidas, según Fedecacao.
Las exportaciones durante los dos primeros meses de 2025 totalizaron US$20,8 millones, un incremento del 24,2 % frente al año anterior, de acuerdo con datos de Analdex. El país ha logrado ingresar al grupo de los 10 mayores productores a nivel global, con exportaciones a 75 países.
Sin embargo, expertos advierten que el crecimiento del sector debe ir acompañado de procesos sostenibles que mitiguen el impacto ambiental. El cacao colombiano ha tenido buena acogida en mercados internacionales por su calidad, pero para sostener esta tendencia se requiere avanzar en eficiencia productiva y cuidado de los recursos.
La producción mundial de cacao ha mostrado señales de estancamiento, mientras América Latina concentra alrededor del 15 % del total global, con Brasil, Perú y Colombia entre los principales productores.
Esto implica una presión adicional sobre la cadena de suministro del chocolate, que debe adaptarse a los desafíos del cambio climático y a una demanda creciente por productos sostenibles.
Con consumidores cada vez más conscientes del origen y el impacto de lo que compran, la industria del chocolate se enfrenta al reto de innovar en prácticas responsables que aseguren la viabilidad del cultivo, sin comprometer el bienestar de las comunidades ni los recursos naturales. El enfoque en eficiencia hídrica y control sanitario será clave para garantizar su permanencia en el mercado global.