En el marco de un foro sobre los principales retos de la economía de Colombia, José Ignacio López, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, dio cuenta de los principales reparos que se tienen para la reforma tributaria.
Incia el análisis por dar cuenta de que la magnitud de la reforma tributaria que presentó el Gobierno de Colombia deja un recaudo estimado cercano a los $25 billones para 2023 y buena parte viene por rentas empresariales. También llega por menos exenciones, por más aportes de algunas personas naturales, modificación al impuesto al patrimonio e impuestos saludables.
Frente a otros proyectos de reforma tributaria, dijo López, es una reforma que es parecida a otras iniciativas, pero no tan ambiciosa como la que se cayó y que presentó el exministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.
De otro lado, el experto advierte que en las personas naturales la reforma recae de manera importante en los asalariados de altos ingresos. Pero “este componente de progresividad podría afectar el ahorro debido a la reducción en los topes de descuentos”, explicó López.
Bajo el régimen actual las tasas efectivas de tributación, dependiendo de los ingresos, más o menos están entre el 10 % y el 18 %, «pero ahora se habla de que escale hasta el 24 % o 26 %», dice López.
Las perspectivas con la reforma tributaria
Ahora, agregó López, la reforma tributaria reduciría la inequidad horizontal de tasas efectivas a nivel sectorial. Aunque dejaría a los sectores minero-energético y financiero con tasas efectivas más altas y de manera permanente. Para el caso del sector minero-energético la tasa efectiva aumentaría en cerca de cuatro puntos.
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“La reforma tributaria no elimina las principales deficiencias estructurales del país, pues se sigue recargando en impuestos corporativos”, agregó López, al tiempo que las estimaciones dejan ver que los impuestos corporativos representarían el 26 % del recaudo en 2022 y en 2023, con la reforma tributaria, este aumentaría al 28 %.
Mientras que los ingresos adicionales de la reforma tributaria no serían suficientes para expandir los programas de gasto al “oneroso subsidio a los combustibles”, agrega el análisis de López.
