FMI: Reforma pensional y medidas contra corrupción son imperativas en Brasil

- Publicidad -   El Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló su informe final tras la visita realizada a Brasil en días pasados. Allí dijo que está afrontando una recuperación económica lenta, limitada por una demanda agregada moderada y una productividad “mediocre”. Después de contraerse en casi un 7 por ciento durante la recesión de 2015-16, […]

 

El Fondo Monetario Internacional (FMI) reveló su informe final tras la visita realizada a Brasil en días pasados.

Allí dijo que está afrontando una recuperación económica lenta, limitada por una demanda agregada moderada y una productividad “mediocre”.

Después de contraerse en casi un 7 por ciento durante la recesión de 2015-16, el PIB real creció un 1,1 por ciento por año en 2017 y 2018.

Los indicadores económicos a corto plazo muestran debilidad en el primer semestre de 2019, dijo en el informe.

La inversión sigue siendo moderada, dada la gran capacidad de reserva y la incertidumbre sobre las perspectivas de reformas fiscales y estructurales.

El débil crecimiento mundial y la recesión en Argentina están frenando las exportaciones y contribuyeron a aumentar el déficit de cuenta corriente a 0,8 por ciento del PIB el año pasado.

La posición fiscal fue bastante neutral en 2018, con una leve mejora en el saldo primario del sector público no financiero a aproximadamente 1,7% del PIB.

El banco central ha mantenido la tasa de política en el mínimo histórico del 6,5 por ciento desde marzo de 2018, proporcionando a la economía algún estímulo monetario.

La inflación general se sitúa alrededor del objetivo de inflación del 4,25 por ciento para 2019, mientras que la inflación subyacente es más moderada.

La mejora en las condiciones sociales se ha estancado en los últimos años, en parte debido a las elevadas tasas de desempleo.

El FMI proyecta un crecimiento del 0,8 por ciento en 2019 que se acelerará en 2020 condicionado a la aprobación de una reforma de pensiones sólida y condiciones financieras favorables.

El presupuesto actual está guiado por el techo del gasto federal, lo que implica una reducción menor del saldo primario estructural en 2019. El cumplimiento del techo en los próximos años dependerá de la aprobación de la reforma de pensiones y otras medidas de consolidación.

Se prevé de parte del FMI que el déficit de la cuenta corriente se deteriore hasta el 1,5 por ciento del PIB en 2019, principalmente debido a operaciones puntuales relacionadas con el sector energético y la recesión en Argentina.

No obstante, consideró que la posición externa de Brasil sigue siendo sólida gracias a una gran cantidad de reservas, un tipo de cambio flexible y un déficit contenido en cuenta corriente totalmente financiado por grandes entradas de IED.

El sistema financiero está bien capitalizado, dijo, mientras los márgenes de intermediación en el sector bancario siguen siendo altos, lo que dificulta la demanda de crédito y la inversión.

 

La opinión de los directores del FMI

Los directores ejecutivos del fondo estuvieron de acuerdo en que el ritmo de la recuperación económica ha sido lento y está sujeto a riesgos a la baja derivados de la incertidumbre sobre la consolidación fiscal y las reformas estructurales.

Subrayaron que la consolidación fiscal y las reformas audaces son necesarias para abordar los legados de Brasil de bajo crecimiento y alta deuda pública.

Señalaron que “la reforma de las pensiones es imprescindible para garantizar la sostenibilidad fiscal y mejorar la equidad”, y acogieron con satisfacción el progreso reciente en este tema.

Además, para poner a las finanzas públicas en una trayectoria sostenible, los directores consideraron que se requieren medidas adicionales, que incluyen contener la carga salarial pública, reducir otros gastos corrientes y abordar las rigideces presupuestarias.

Simplificar el sistema tributario excesivamente complicado y distorsionado apoyará el crecimiento es otra de las tareas que señaló el FMI.

Los directores también hicieron hincapié en la necesidad de proteger la inversión pública y los programas sociales efectivos, incluida Bolsa Familia.

Acordaron que la postura actual de la política monetaria debe permanecer acomodaticia en el contexto de una brecha de producción aún grande y expectativas de inflación ancladas.

Señalaron además que en el futuro podría haber margen para relajar aún más la política monetaria en caso de que la consolidación fiscal demuestre una contracción y las expectativas de inflación permanezcan ancladas.

Los directores señalaron que el tipo de cambio flexible y las grandes reservas siguen siendo importantes para absorber los choques y subrayaron que la intervención en el mercado cambiario debería limitarse a abordar las condiciones desordenadas.

Acogieron con satisfacción el reciente proyecto de ley sobre la relación entre el Tesoro y el Banco Central, que mejora el marco institucional, y subrayaron la importancia de formalizar la independencia del banco central.

Los directores concluyeron que los esfuerzos en curso para combatir la corrupción y la implementación efectiva del anti-lavado de dinero siguen siendo de importancia crítica.

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