Fraudes digitales aumentan en fechas de Black Friday: estrategias para proteger a empresas y usuarios

en el Black Friday el tráfico digital aumenta, las plataformas de pago operan al límite y la velocidad de respuesta se vuelve crítica.

Compártelo en:

A medida que se acerca la temporada de Black Friday, el comercio electrónico se convierte en el centro de la estrategia comercial de la mayoría de las empresas en América Latina.

El tráfico digital aumenta, las plataformas de pago operan al límite y la velocidad de respuesta se vuelve crítica. Sin embargo, los cibercriminales también se preparan para este momento.

No actúan por improvisación: estudian el comportamiento de los usuarios, simulan portales legítimos con precisión milimétrica y diseñan fraudes que aprovechan la urgencia, el volumen y la presión comercial de estas fechas.

En ese sentido, la seguridad durante esta temporada debe planificarse de manera anticipada y estratégica. No se trata únicamente de proteger sistemas, sino de preparar a las personas y los procesos con la misma relevancia que se da al manejo del inventario o a la logística de entregas.

Por ello, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones con el fin de prevenir estafas, tanto para usuarios como para empresas.

Black Friday
Ciberataques en el Black Friday. Foto: cortesía Banco de Occidente

La urgencia como puerta de entrada

Durante esta temporada, la operación tiende a funcionar en “modo acelerado”: los equipos trabajan con plazos cortos y alta presión para cumplir los objetivos comerciales. Precisamente durante este estrés operativo los ciberatacantes encuentran su mejor oportunidad. Correos que simulan solicitudes internas urgentes, llamadas que aparentan provenir de bancos o proveedores y mensajes que incitan a “aprobar rápido antes de que la oferta expire” son tácticas comunes en este momento del año.

La recomendación clave es incorporar el hábito de pausar y verificar antes de actuar. Toda comunicación inesperada o urgente debe validarse mediante un segundo canal. Este simple paso reduce significativamente el riesgo de fraude y previene incidentes que pueden comprometer la operación

Zero Trust: ¿qué significa y por qué importa en temporada alta?

El modelo Zero Trust no es una herramienta ni una configuración; es una forma de operar. Su premisa es simple: no se debe confiar automáticamente en ningún acceso, usuario ni sistema, ni siquiera dentro de la propia organización. Cada acción debe ser verificada.

Esto implica que durante las semanas de mayor actividad comercial no deberían otorgarse accesos temporales “solo por estos días”, ni reducir los niveles de autenticación porque “vamos contra el tiempo”. Por el contrario, en estas fechas debe reforzarse la autenticación multifactor, la validación de la identidad en solicitudes inusuales, el registro detallado de accesos y el monitoreo constante de comportamientos anómalos. Zero Trust es una disciplina.

La continuidad operativa es parte integral de la seguridad

Incluso con buenas prácticas, los incidentes pueden ocurrir. La diferencia entre empresas resilientes y vulnerables no está en evitar todos los ataques, sino en recuperarse rápido.

La continuidad debe planificarse antes del pico de actividad: pruebas de los planes de respuesta, definición de roles para decisiones rápidas, rutas alternas de pago en caso de falla y redundancia en los sistemas críticos. En fechas de alto volumen, cada minuto fuera de servicio impacta directamente en los ingresos y la reputación.

Recomendado: Colombia sufrió 7.100 millones de intentos de ciberataques en el primer semestre de 2025: ¿Cómo prevenirlos?

Preparar a las personas es tan importante como preparar los sistemas

Las empresas suelen reforzar la infraestructura en estas fechas, pero dejan la capacitación para el último momento. Sin embargo, la mayoría de los ataques se detiene en el primer clic, no en el firewall.

La formación debe ser práctica y cercana: ejemplos reales de phishing que circulan en el mercado, ejercicios breves que enseñen a reconocer mensajes sospechosos y recordatorios periódicos a través de canales internos que mantengan la atención activa.

Otra pieza clave es contar con un canal rápido y claro para reportar incidentes. Si un empleado duda sobre un correo, un enlace o una llamada, debe saber inmediatamente a quién avisar y qué información compartir. Un equipo empoderado para detectar y reportar a tiempo puede detener una amenaza antes de que se convierta en un incidente.

La seguridad es también experiencia del cliente

Cuando un usuario compra durante una fecha de descuentos, busca rapidez y confianza. Si en algún paso percibe un riesgo (un sitio que se ve diferente, una página que carga con lentitud o una solicitud de datos innecesarios), abandonará la compra. Y si sufre fraude, no solo dejará de comprar, sino que también compartirá la experiencia.

Por eso, la seguridad no debe competir con la experiencia digital, sino complementarla. Sitios claros, rutas de pago confiables y mensajes transparentes generan tranquilidad y la tranquilidad se traduce en conversión.