Gremca, Agricultura y Energía Sostenible, ha obtenido la certificación bajo la norma Corsia para combustibles de aviación. Esto significa que su producción está oficialmente habilitada para el suministro de biocombustibles en este sector estratégico.
La certificación representa un paso decisivo en el camino hacia la descarbonización de la aviación, ya que el biocombustible producido a partir de aceite de palma constituye una alternativa renovable frente a los combustibles fósiles tradicionales.
Según explicó Óscar Cifuentes, gerente general de Gremca, esta norma “permite, a través del incremento en la productividad, contar con materia prima certificada. En Colombia somos los primeros en lograrlo y, a nivel mundial, somos pioneros como empresa palmicultora. Este logro nos ubica en una posición de liderazgo, articulándonos con la Federación y con diversas entidades del sector para que la cadena productiva siga este ejemplo y avance hacia la certificación”.
Cifuentes también resaltó que el proceso no se limita únicamente al cultivo. “Es necesario certificar el aceite, el proceso de refinación y la producción de SAF (Sustainable Aviation Fuel). De este modo garantizamos, en primer lugar, la seguridad alimentaria, ya que una parte significativa del aceite de palma continúa destinada a la industria alimentaria. Sin embargo, una fracción que cumple con la normatividad puede redirigirse al biocombustible de aviación”, señaló.
La norma Corsia, impulsada por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), establece directrices para reducir las emisiones de dióxido de carbono en el transporte aéreo a escala global.
Su implementación responde a la necesidad de avanzar en la sostenibilidad del sector aéreo y reducir la huella de carbono que genera el tráfico aéreo internacional.
En este contexto, la certificación de Gremca se convierte en un referente no solo para Colombia, sino también para la región, al demostrar que es posible vincular el sector agrícola con los estándares internacionales de sostenibilidad en la aviación.
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La empresa ha dejado claro que este resultado no se alcanzó de manera aislada. Fue producto de un trabajo conjunto con la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite (Fedepalma) y otras entidades aliadas, con el fin de motivar a más compañías a sumarse a este tipo de procesos de certificación.
El objetivo compartido es consolidar un ecosistema en el que la palma de aceite no solo tenga un papel en la industria alimentaria, sino que también sea un insumo estratégico en la transición hacia energías limpias.
¿Cómo es el proceso para convertir el aceite de palma en biocombustible?
Respecto al proceso de transformación del aceite de palma en biocombustible, Cifuentes explicó que todo inicia en las plantaciones, donde se cosecha la fruta de palma. Esta se traslada a una planta extractora, en la cual se obtiene el aceite crudo de palma. A partir de allí, una cantidad específica del aceite certificado se destina a la producción de SAF. Posteriormente, el aceite es enviado a una refinería, donde se somete a procesos de blanqueo y desodorización para dejarlo en condiciones adecuadas para la siguiente etapa. Finalmente, en la planta productora de SAF, el aceite pasa por un tratamiento con catalizadores que transforman su estructura molecular, convirtiéndolo en un combustible apto para motores de aviación.
Este proceso, aunque técnico y complejo, responde a estándares de calidad internacional que buscan garantizar la seguridad, la eficiencia y la sostenibilidad del combustible resultante.