Miles de empresas se declararon insolventes en Colombia: por qué esto puede costarle más caro que negociar

La insolvencia marca el historial crediticio por años y dificulta el acceso a financiamiento en un futuro.

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Este es un contenido de la alianza editorial entre la fintech Kapital Colombia y Valora Analitik para los emprendedores que se arriesgan a tomar decisiones

Según el Atlas de Insolvencia de la Superintendencia de Sociedades, entre enero de 2024 y septiembre de 2025 se han presentado 3.182 solicitudes de insolvencia empresarial en Colombia. Los sectores más golpeados son servicios, comercio y manufactura.

Aunque la insolvencia puede parecer una salida rápida cuando ya no hay liquidez, esta decisión tiene consecuencias importantes al afectar el historial crediticio de la empresa y dificultar en el futuro el acceso a crédito con tasas competitivas. Por eso, antes de llegar a ese punto, se deberían revisar las siguientes alternativas.

Novación: extinguir una obligación para crear una nueva

La novación implica modificar las condiciones originales de la deuda por medio de un acuerdo directo con el acreedor. Puede incluir ampliación de plazos, reducción de tasas de interés, unificación de deudas, periodos de gracia o acuerdos de pago.

Este mecanismo es útil cuando la empresa enfrenta una crisis temporal de flujo de caja, pero mantiene su capacidad operativa.

Entre sus beneficios destacan que no requiere proceso judicial, preserva la relación comercial con el acreedor y evita el reporte público de insolvencia. A cambio, exige demostrar capacidad financiera: presentar un flujo de caja proyectado, explicar el origen de la dificultad de pago y proponer términos realistas para el nuevo acuerdo.

Expertos del ecosistema pyme como Kapital Colombia recomiendan este tipo de negociaciones como primer paso antes de escalar a mecanismos más complejos o formales.

Tenga en cuenta que algunas entidades financieras pueden reportar las reestructuraciones en centrales de riesgo, aunque su impacto es menor que una insolvencia formal.

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El factoring, la alternativa para pymes. Foto: tomada de Freeppik

Condonaciones: cuándo y cómo negociarlas

Las condonaciones ocurren cuando el acreedor acepta perdonar una parte de la deuda, intereses o sanciones a cambio de un pago inmediato o compromisos de pago estructurados. Funciona mejor cuando la empresa puede ofrecer pago de contado por un porcentaje significativo de la deuda.

Este mecanismo es más común con proveedores comerciales que con entidades financieras. Para lograrlo se requiere negociación directa, voluntad de pago demostrable y, en ocasiones, mediación especializada.

Dación de pago

La dación en pago consiste en entregar un bien mueble o inmueble al acreedor para cancelar total o parcialmente la deuda. Es útil cuando la empresa no tiene liquidez, pero sí cuenta con activos prescindibles. Por ejemplo, un vehículo, una máquina o una propiedad.

En el acuerdo se define qué bien se entrega, su avalúo y el porcentaje de la deuda que cubre. Una vez firmado, el acreedor recibe el bien y la obligación se extingue en la proporción pactada. Desde ese momento, el acreedor puede disponer del activo.

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Imagen generada con la IA Gemini para fines ilustrativos.

¿Por qué se debería evitar la insolvencia?

Una vez se inicie la solicitud de insolvencia, el proceso de calificación y graduación de créditos toma entre seis meses y un año aproximadamente, y los acuerdos de reorganización se extienden típicamente entre 10 y 12 años.

Durante el primer o segundo año, el deudor no realiza pagos (período de gracia), pero la empresa queda bajo supervisión judicial todo ese tiempo.

El costo más alto no es el tiempo, sino el factor reputacional. Al declararse insolvente, la empresa queda registrada en el Registro Nacional de Insolvencia, un listado público que consultan entidades financieras y calificadoras de riesgo.

Este registro limita el acceso a nuevos créditos, dificulta arrendar espacios comerciales y complica la firma de contratos con proveedores. Cuando eventualmente se consigue financiamiento, las tasas son más altas y las garantías exigidas más severas.

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Imagen: Generada con IA de Gemini

Además, el proceso depende de la voluntad de los acreedores. Si la mayoría o el 50% vota negativamente sobre el plan pactado dentro del proceso de insolvencia, la empresa puede pasar automáticamente a una liquidación forzosa. Esto también puede ocurrir si se llegase a incumplir cualquiera de los acuerdos pactados.

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La insolvencia empresarial a final de cuentas es una herramienta legal legítima para salvar la empresa, pero no debe ser la primera opción cuando existen alternativas que protegen el futuro crediticio de las empresas. Por esta razón, Kapital Colombia recomienda buscar asesoría especializada y negociar, ya que son las mejores alternativas en momentos de crisis.