La tensión en Medio Oriente se ha agudizado con una nueva escalada del conflicto entre Irán e Israel. Según medios internacionales, en la noche del sábado 14 de junio, Irán inició la segunda fase de su operación denominada Verdadera Promesa III, una ofensiva que busca impactar objetivos estratégicos en territorio israelí como represalia por ataques previos atribuidos a Israel en suelo iraní.
En esta ocasión, el principal blanco fue la ciudad portuaria de Haifa, ubicada al norte de Israel, donde se concentran instalaciones industriales y militares de alta importancia. De acuerdo con reportes de fuentes locales e internacionales, uno de los objetivos alcanzados fue la refinería de petróleo operada por el Grupo BAZAN, considerada la mayor del país.
Esta instalación procesa aproximadamente 9,8 millones de toneladas de crudo al año, por lo que su afectación podría tener consecuencias significativas tanto en la operatividad energética nacional como en el precio del combustible.
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La planta ubicada en la bahía de Haifa representa un componente clave en el sistema de abastecimiento energético israelí, dado que suministra más del 60 % del combustible utilizado por los sectores industrial, de transporte civil y de aviación militar. Así lo señalaron diversos medios internacionales, que además advirtieron sobre el posible impacto económico y estratégico que podría derivarse de esta agresión.
THE MOMENT FATTAH-1 HYPERSONIC MISSILE STRUCK HAIFA pic.twitter.com/u0gWQD6yLh
— Iran Observer (@IranObserver0) June 14, 2025
¿Cómo fue el ataque que propinó Irán a la refinería en Israel?
La operación fue ejecutada mediante una combinación de misiles balísticos y vehículos aéreos no tripulados (drones), que lograron superar los sistemas de defensa aérea israelíes, incluida la reconocida Cúpula de Hierro. A pesar de los esfuerzos por interceptar los proyectiles, las alarmas antiaéreas no evitaron que varios de ellos impactaran en zonas designadas como críticas. Imágenes difundidas en redes sociales por residentes de Haifa muestran explosiones en áreas industriales, acompañadas de densas columnas de humo que se elevaban sobre la ciudad.
El ataque se produjo pocas horas después de una declaración del líder supremo de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jameneí, quien afirmó públicamente que “las Fuerzas Armadas iraníes harían miserable al vil régimen sionista”, en referencia directa al gobierno de Israel. Estas declaraciones fueron interpretadas como una advertencia explícita sobre la inminencia de una respuesta militar iraní, motivada, según Teherán, por recientes acciones israelíes que habrían causado la muerte de científicos, altos mandos militares y civiles en territorio iraní.
Hasta el momento, el gobierno de Israel no ha emitido un pronunciamiento oficial respecto a la magnitud de los daños causados en Haifa, aunque se prevé una pronta reacción militar. La comunidad internacional sigue con atención el desarrollo de los acontecimientos y manifiesta su preocupación ante la posibilidad de que esta escalada desemboque en un conflicto regional de mayor envergadura.