Por: Mariana Posada, Chief Operation Officer BPC Nala Region
Las remesas internacionales se han consolidado como una fuente crÃtica de ingresos para millones de familias en América Latina, con un crecimiento sostenido que refleja su creciente relevancia económica y social. En 2024, la región recibió más de US$161.000 millones en remesas, superando el récord del año anterior, según datos recientes del Banco Mundial. México lideró como el principal receptor con más de US$66.000 millones, seguido por Guatemala (más de US$20.000 millones) y Colombia, que registró un ingreso histórico de US$11.848 millones, un aumento del 17,4 % frente a 2023. Esta dinámica no solo refleja el poder económico de las diásporas, sino también una enorme oportunidad para transformar el acceso a servicios financieros, especialmente en comunidades que aún permanecen fuera del sistema bancario formal.
A pesar de su relevancia, el ecosistema de remesas en América Latina enfrenta retos persistentes: altos costos por transacción, tiempos de espera prolongados y limitada infraestructura para recibir o utilizar los fondos de manera eficiente, especialmente en zonas rurales. En ese contexto, las Fintech están jugando un papel cada vez más protagónico al ofrecer soluciones más ágiles, digitales y centradas en el usuario. Su capacidad para moverse rápido y adaptarse a realidades locales las convierte en aliadas naturales de quienes envÃan y reciben remesas.
Europa desempeña un papel crucial en el ecosistema global de remesas, generando aproximadamente una cuarta parte de las transferencias internacionales y albergando a más de 50 millones de trabajadores migrantes. Este contexto ha impulsado iniciativas como la de OneFor, una fintech paneuropea con sede en Alemania, que en 2022 se propuso transformar el mercado de remesas y pagos para trabajadores migrantes en Europa mediante una plataforma digital que combina tecnologÃa moderna con una experiencia emocional centrada en el usuario.​
A través de una billetera digital y tarjetas de débito Mastercard —sin costos mensuales y con tarifas de transferencia competitivas—, los usuarios pueden enviar fondos dentro y fuera de la Unión Europea, conectar cuentas familiares y añadir mensajes, fotos y pequeños regalos a las transferencias. Este enfoque apunta no solo a facilitar las transacciones, sino también a reforzar los vÃnculos emocionales en las familias separadas por la migración.​
Para materializar esta visión, OneFor eligió a BPC y su plataforma SmartVista como aliado tecnológico. SmartVista provee la infraestructura para emitir tarjetas fÃsicas y virtuales con altos estándares de seguridad, como el geobloqueo y las API abiertas, permitiendo una integración rápida y personalizada.​
Aunque este modelo fue concebido para el mercado europeo, sus componentes ofrecen aprendizajes relevantes para América Latina. Las soluciones modulares y abiertas, como las que promueve BPC, permiten integrar a distintos actores del ecosistema —desde bancos y fintechs hasta comercios locales y agentes no bancarios— creando redes más amplias y funcionales. Esto es especialmente útil en paÃses donde las remesas no llegan a una cuenta bancaria, sino que se retiran en efectivo o se gastan directamente en comercios aliados.
Otro punto clave es el diseño centrado en la experiencia del usuario. Incorporar elementos que conectan con lo emocional no solo mejora la percepción del servicio, sino que puede fortalecer la lealtad del cliente en un mercado donde las ofertas tienden a parecerse mucho. Además, las plataformas digitales que gestionan remesas pueden convertirse en la puerta de entrada para otros servicios financieros, como ahorro, crédito o seguros, generando asà un cÃrculo virtuoso de inclusión.
Para las fintechs de la región, el desafÃo no está en replicar modelos extranjeros, sino en adaptarlos con inteligencia local. Ahà es donde los aliados tecnológicos juegan un papel fundamental. La experiencia de empresas como BPC en distintos mercados, sumada a su enfoque en soluciones escalables, puede ofrecer a los actores latinoamericanos una base sólida sobre la cual construir propuestas más inclusivas y sostenibles.
Las remesas no son solo un tema de pagos. Son una oportunidad para repensar cómo conectamos personas, valores y servicios a través de la tecnologÃa. Aprovechar ese potencial con visión regional es, quizá, uno de los grandes desafÃos —y también una de las grandes oportunidades— del ecosistema fintech latinoamericano en los próximos años.