En Colombia, el uso inadecuado de las tarjetas de crédito es el principal denominador común entre quienes enfrentan dificultades financieras. Según expertos, las tarjetas de crédito resultan una herramienta útil para la economía del hogar, sin embargo, muchas personas terminan usándolas como extensión de su salario.
De acuerdo con cifras de Bravo, solución especializada para salir de deudas, el 95 % de las personas que buscan rehabilitación lo hacen tras perder el control con este tipo de crédito. “El desconocimiento sobre cómo funcionan variables como los intereses y la acumulación de cuotas, ha llevado a miles de colombianos a una situación de endeudamiento difícil de revertir”.
En ese sentido, quienes ingresan a Bravo acumulan, en promedio, deudas por $35 millones con al menos cuatro obligaciones activas. La mayoría de estos usuarios tienen ingresos mensuales de aproximadamente $2,6 millones, suelen tener entre uno y dos dependientes económicos, son solteros y tienen entre 31 y 40 años.
“Los casos más frecuentes empiezan cuando se pierde la capacidad de cubrir siquiera el pago mínimo mensual.” señaló Camilo Quiñones, country manager de Bravo Colombia. Otras señales de alerta incluyen la necesidad de diferir los saldos a más cuotas y el uso total del cupo disponible, lo que deja sin margen para cualquier eventualidad.
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Fortalecer la educación financiera
En un país donde más de 37 millones de personas tienen productos financieros, pero sólo 14 millones acceden activamente a un crédito —según datos de Asobancaria—, el verdadero reto, explica Bravo, no es solo el acceso, sino contar con educación financiera suficiente para administrar estas herramientas.
Para Bravo, la clave está en comprender que el problema no es la tarjeta de crédito, sino el desconocimiento sobre su uso responsable. Por eso, promueven programas de educación financiera que enseñan a las personas un adecuado manejo de estos productos.
“Este panorama nos recuerda la urgencia de fortalecer la educación financiera en el país. Solo así más personas podrán evitar caer en ciclos de deuda y construir una relación saludable con el dinero”, concluyó Camilo Quiñones.