Uno de los principales anhelos de muchas personas en Colombia es adquirir vivienda propia. Sin embargo, factores como los altos costos, el desconocimiento sobre los beneficios existentes y las elevadas tasas de interés llevan a que muchos ciudadanos pospongan o desistan de ese objetivo.
Lo que muchos aún desconocen es que existen diversas alternativas para financiar la compra de vivienda. Las cajas de compensación, los fondos de empleados, los programas de ahorro programado y los créditos hipotecarios representan opciones que pueden facilitar el proceso de adquisición. Estas modalidades permiten cubrir parte del valor del inmueble, ya sea mediante subsidios o préstamos con pagos mensuales ajustados a las condiciones financieras de cada solicitante.
En este contexto, el Gobierno Nacional expidió el Decreto 0583 de 2025, una normativa orientada a fortalecer la protección financiera de los ciudadanos que deseen acceder a una vivienda. La medida busca facilitar el acceso al crédito hipotecario, promoviendo condiciones más flexibles para quienes desean adquirir una propiedad.
Según lo señalado por el Ministerio de Vivienda, una de las principales disposiciones del decreto es el aumento del lÃmite permitido para el valor de la primera cuota del crédito hipotecario en relación con los ingresos del solicitante. En efecto, se establece que esta cuota podrá representar hasta un 40 % del ingreso mensual del comprador, con el fin de ampliar el acceso al financiamiento, especialmente entre los hogares con ingresos medios.
Asimismo, la norma permite que se financie hasta el 70 % del valor total de la vivienda, lo que amplÃa las posibilidades para quienes no cuentan con una alta capacidad de ahorro inicial. Esta disposición aplica tanto para vivienda nueva como usada, e incluso para proyectos en planos, lo que abre el abanico de opciones para los compradores.
¿Cómo se benefician las familias que buscan acceder a créditos hipotecarios?
El decreto plantea un marco más accesible para que las familias puedan destinar una mayor proporción de sus ingresos al pago de la cuota inicial, sin que ello represente una barrera para acceder al crédito. Esto se traduce en la posibilidad de asumir préstamos más altos, con plazos e intereses que se ajusten a la realidad económica de cada núcleo familiar.
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Además, el acceso a planes de financiación más amplios y flexibles favorece la inversión en vivienda como una alternativa para la consolidación patrimonial y la estabilidad habitacional de los hogares colombianos.
No obstante, a pesar de las facilidades que ofrece esta normativa, es fundamental que los ciudadanos analicen con detenimiento su capacidad de endeudamiento antes de comprometerse con un crédito hipotecario.