El pesimismo de Carrasquilla como estrategia política

Síguenos en nuestro canal de noticias de WhatsApp - Publicidad - Para algunos, las severas advertencias del Ministro de Hacienda de Colombia, Alberto Carrasquilla, sobre la “extremadamente complicada” situación fiscal son una estrategia calculada para sacar adelante impopulares reformas en el Congreso. Pero a cada vez más inversores les preocupa que los calificativos sombríos del […]

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Para algunos, las severas advertencias del Ministro de Hacienda de Colombia, Alberto Carrasquilla, sobre la “extremadamente complicada” situación fiscal son una estrategia calculada para sacar adelante impopulares reformas en el Congreso.

Pero a cada vez más inversores les preocupa que los calificativos sombríos del funcionario de 59 años sean contraproducentes, y pongan en riesgo la calificación crediticia del país, si no se aprueban los cambios profundos a las leyes.

El tono de Carrasquilla, que asumió en agosto designado por el nuevo presidente Iván Duque, contrasta con el de su antecesor Mauricio Cárdenas, quien hasta el último día en el cargo resaltó que lo peor para Colombia había pasado con la mejora de los precios del petróleo.

Carrasquilla, quien ya había dirigido ese ministerio entre 2003 y 2007 bajo el gobierno del expresidente Álvaro Uribe, echó agua fría al señalar que al presupuesto del próximo año le faltaba un financiamiento de 25 billones de pesos (8.551 millones de dólares), equivalente al 10 por ciento del total.

Después la cifra se redujo a unos 14,5 billones de pesos tras un canje de deuda interna y la emisión de un bono global.

“Siempre se puede decir que el vaso está medio vacío, medio lleno, pero ¿cuál es su punto de comparación?”, dijo Samar Maziad, vicepresidente de la calificadora Moody’s.

“Hay problemas que, si no se resuelven, podrían llevar a una imagen fiscal más débil, por lo que es útil adelantarse a estos problemas (…) pero es importante tranquilizar a los inversores sobre la fortaleza de las reformas fiscales”, agregó.

Duque espera concretar una reforma fiscal. La Ley de Financiamiento, que reduciría impuestos a las empresas pero los aumentará a la clase media y extendería el impuesto sobre las ventas a más productos, sería presentada esta semana ante el Congreso.

Algunos justifican el discurso negativo de Carrasquilla y lo ven como una forma de concienciar la necesidad de la reforma tributaria, además de otra al régimen de pensiones, que el gobierno financia anualmente con unos 39 billones de pesos (12.000 millones de dólares), algo considerado insostenible.

“Está destacando los desafíos fiscales. Honestamente, no creo que esté exagerando, los desafíos fiscales están ahí”, opinó Manuel Orozco, director de calificaciones soberanas y finanzas públicas de S&P.

Precisamente, citando preocupaciones sobre la capacidad del gobierno para reducir adecuadamente el déficit fiscal, S&P bajó la calificación crediticia de Colombia en diciembre a BBB-, aunque mantiene el grado de inversión. Moody’s revisó la perspectiva de su calificación Baa2 de estable a negativa.

Bajo las metas de una regla fiscal, el Gobierno debe reducir paulatinamente el déficit fiscal a un 1,5 por ciento del PIB al 2022 desde el objetivo de 3,1 por ciento este año.

CONFUSIÓN

El gobierno de Duque ha reiterado la importancia que Colombia mantenga el grado de inversión. Si se pierde muchos inversores extranjeros no podrán mantener en sus carteras de deuda colombiana y elevaría los costos de endeudamiento, en momentos en que el país requiere recursos para financiar gastos derivados de un acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC y programas sociales.

Si bien el mercado sabe que el país enfrenta retos, la brecha anunciada por Carrasquilla ha desconcertado a expertos, exfuncionarios del Ministerio de Hacienda e incluso a miembros del directorio del Banco Central, que han señalado que son exagerados, con números confusos que no cuadran, a lo que se suma la limitada explicación al respecto.

“Nos parecía que las proyecciones del Gobierno (anterior) eran un poco optimistas tanto en ingresos como en gastos y de ahí la necesidad de un nuevo ajuste fiscal”, dijo Camila Pérez, subdirectora del centro de estudios económicos Fedesarrollo.

Pero “decir que hay un déficit de 2,4 por ciento del PIB es diferente a decir que el presupuesto está desfinanciado en ese monto (de 25 billones de pesos), me parece que es un poco confuso y no es fácil entender esas cifras de dónde provienen”.

Un alto funcionario del Ministerio de Hacienda explicó a Reuters bajo anonimato que el faltante al que se refiere Carrasquilla corresponde a programas sociales que quiere promover el actual gobierno y cuya financiación no fue incluida por el gobierno anterior, que envió el presupuesto al Congreso en julio, antes de que asumiera Duque.

La turbulencia en los mercados emergentes se está sumando a los nervios de algunos inversores. Si bien la economía colombiana no ha sufrido como Turquía y Argentina, los observadores temen que haya una salida si la incertidumbre empeora.

Los títulos locales TES de referencia con vencimiento en julio del 2024 más que duplicaron su volatilidad diaria y pasaron de un rendimiento de 6,185 por ciento el día antes de las primeras declaraciones de Carrasquilla a un 6,50 por ciento esta semana.

“El principal riesgo en ese sentido es que por ejemplo la ley de financiamiento no pase y la comunicación del ministro sea de alguna manera un poco alarmista y los mercados se asusten y comiencen a vender de verdad TES, porque en este momento las ventas han sido lentas”, dijo Sergio Olarte, economista jefe de la correduría BTG Pactual, que compra deuda del país.

REFORMAS DIFÍCILES

Los términos de la reforma tributaria se presentarán el miércoles al Congreso, lo que impone una presión de tiempo para que un Congreso dividido la apruebe antes de fin de año

Si bien son optimistas sobre el panorama para Colombia en general, inversionistas como Jacob Jensen, gerente senior de cartera de Global Evolution en Dinamarca, que posee bonos de Colombia en pesos y en dólares, también temen que la reforma fiscal se pueda diluir y no termine siendo suficiente.

“Nos gustaría ver un ambicioso plan de financiamiento con ingresos de múltiples fuentes”, dijo Jensen. Pero “para la administración actual podría ser difícil implementar reformas con un Congreso más dividido que antes”.

Para Andrés Lozano, vicepresidente de inversiones del fondo de pensiones Colfondos, Colombia tiene fundamentales positivos con inflación controlada, tasas de interés bajas, una economía en recuperación y un nuevo gobierno promercado, factores para que la filial del grupo Scotiabank no haya hecho variaciones significativas en su portafolio de 11.000 millones de dólares, un 30 por ciento en deuda pública interna.

Pero Lozano destacó que hay que evitar el ruido.

“Fuera de que estamos viviendo un mercado con incertidumbre por el mundo emergente, por la subida de tasas de la Fed, pues no es bueno meterle un ingrediente de incertidumbre de que no nos cuenten los planes claramente. Eso sí afecta al mercado, es importante y sí hay que tenerlo en cuenta”, dijo Lozano.

La confusión ha sido alimentada por el estilo poco mediático de Carrasquilla, quien solo ha realizado un par de conferencias de prensa, evade a los periodistas y sus intervenciones se han limitado a los debates en el Congreso, sin ofrecer explicaciones detalladas incluso a los agentes del mercado e inversionistas, muy diferente a lo que había acostumbrado Cárdenas.

“Cárdenas fue muy abierto a conversar con inversionistas, con la prensa, con analistas”, dijo Olarte, de BTG Pactual. “Ahora hay silencio total”.

(Tomado de Reuters)

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