Colombia, de productor ilegal de marihuana a potencia medicinal exportadora

Síguenos en nuestro canal de noticias de WhatsApp - Publicidad - El uso del cannabis medicinal es una tendencia mundial que ha venido ganando relevancia durante los más recientes años. Es tal el potencial de esta industria, que la firma Grand View Research estima que el mercado mundial de cannabis medicinal podría alcanzar los US$146.000 […]

Síguenos en nuestro canal de noticias de WhatsApp

El uso del cannabis medicinal es una tendencia mundial que ha venido ganando relevancia durante los más recientes años.

Es tal el potencial de esta industria, que la firma Grand View Research estima que el mercado mundial de cannabis medicinal podría alcanzar los US$146.000 millones anuales a partir de 2025.

En Colombia ya hay una agremiación que reúne a las compañías productoras de cannabis medicinal en el país. Se trata de la Asociación Colombiana de Industrias del Cannabis (Asocolcanna), creada a finales de 2017, cuenta en la actualidad con 28 miembros que, próximamente, en menos de dos meses, serán 30.

“La industria del cannabis medicinal en Colombia es importante porque es la primera vez que en el país se produce la materia prima de un medicamento. Esto significa que vamos a poder desarrollar medicamentos desde cero, permitiéndonos darle valor agregado al producto”, expresó Rodrigo Arcila, presidente de Asocolcanna.

Potencial exportador

Según un estudio de la Universidad del Rosario, la industria del cannabis medicinal en Colombia puede impulsar el crecimiento del PIB en 0,4 % cada año en momentos en que la mayoría de los analistas y hasta el propio Banco de la República recortaron sus estimaciones para 2019.

Expertos en el tema creen que las exportaciones de este sector pueden oscilar entre los US$200 y US$500 millones al año.

Posteriormente, la venta de cannabis medicinal en el extranjero iría aumentando y podría estabilizarse en los US$500 millones por año en el corto plazo.

El sector exportador más importante del país durante los últimos años ha sido el de combustibles e industrias extractivas (petróleo y minería). En 2018 alcanzó exportaciones por US$24.709 millones, más del 50 % del total del país que fue de US$41.831 millones.

Al respecto, el Banco de la República ha hecho varios llamados a diversificar la materia exportadora de Colombia con el fin de depender menos del petróleo, los combustibles y la minería.

“Las exportaciones diferentes a petróleos y minerales deben crecer al 10% cada año si el país quiere que su PIB aumente al 4 % como lo dice el Gobierno. Si no se hace esto va a ser imposible crecer a ese ritmo por la balanza de pagos”, dijo el codirector del Banco de la República, José Antonio Ocampo.

Debido a que los precios del petróleo son tan inestables y fluctúan dependiendo de las condiciones económicas, políticas y sociales que suceden fuera de Colombia, la recomendación es que el país cada vez se desligue más de este tipo de exportaciones y busque otros productos que le garanticen los ingresos constantemente.

La situación es aún más preocupante teniendo en cuenta que, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), a mayo de 2019 el único sector que ha reportado un crecimiento notable de las exportaciones es el de petróleo y combustibles.

Las exportaciones agropecuarias aumentaron 0,4 %, mientras que las manufactureras cayeron 7,6 %.

El Gobierno ha canalizado sus esfuerzos en promover las exportaciones de productos nuevos como el aguacate Hass, e incluso ha realizado comitivas en Asia para hacer que llegue a países como Japón o China. Sin embargo, a pesar de la campaña realizada, en 2018 las exportaciones de aguacate Hass de Colombia llegaron a tan solo US$36 millones. Ni siquiera una cuarta parte del potencial que se estima para la industria del cannabis.

Según el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, entre enero y mayo de 2019 las exportaciones de aguacate Hass alcanzaron los US$47,1 millones. Se prevé que para el cierre del año la cifra alcance los US$100 millones.

Valora Analitik consultó al Ministerio de Comercio sobre el potencial y las políticas que se planea ejecutar para impulsar a la industria de marihuana medicinal, pero la entidad no se pronunció al respecto y remitió a este medio a dialogar con el Fondo Nacional de Estupefacientes (adscrito al Ministerio de Salud) y cuya misión principal es la vigilancia y control sobre la importación, la exportación, la distribución y venta de drogas, medicamentos, materias primas o precursores de control especial.

Es en este escenario en el que el cannabis medicinal entra a jugar un papel importante como posible fuente de diversificación de las exportaciones colombianas.

“Esta es una industria que viene creciendo mucho en el ámbito internacional. En Latinoamérica no hay una industria que tenga el tamaño de inversión y producción como lo puede tener Colombia”, dijo Juan Diego Arbeláez, vicepresidente regulatorio de Khiron, empresa dedicada al cannabis y que tiene presencia en Colombia.

De su parte, la firma experta en cannabis medicinal PS Consultores, dijo que Colombia posee el 44 % de la cuota exportadora mundial que asigna la Junta Internacional para la Fiscalización de Estupefacientes (Jife).

Problemas regulatorios

Por sus condiciones climáticas y los componentes del suelo, Colombia posee una ventaja competitiva en relación con el resto de países de la región en la producción de cannabis para distintos usos como el medicinal o cosmético.

Esta ventaja competitiva ha hecho que empresas con capital mixto (local y extranjero) como Khiron, llegarán a Colombia con el fin de formar una industria alrededor de la planta.

El Gobierno Nacional ha avanzado en la regulación de esta industria, la cual es modelo a seguir por parte de varios países de la región como Chile o Perú.

En la actualidad, las compañías que requieran producir y sembrar cannabis medicinal en Colombia necesitan cuatro licencias diferentes, tres emitidas por el Ministerio de Justicia y una por el Ministerio de Salud.

Las licencias que se deben expedir en Colombia son: la de uso de semilla (comercializar las semillas de la planta), fabricación de derivados (por medio de la planta fabricar distintos productos como aceite), plantación de psicoactivos y de no psicoactivos.

De otro lado, las licencias poseen distintas modalidades como uso nacional, exportación y científico. Dependiendo que modalidad y qué licencia tenga cada compañía, la función de la misma varía.

En la actualidad, hay 340 licencias ya registradas en Colombia. Vale mencionar que una empresa puede tener más de una licencia.

A pesar de los avances, los procesos operativos y la adjudicación de licencias en el país se han vuelto cada mes más demorados, lo cual ha frenado el avance de la industria en el país.

“Hace dos años teníamos todo para ser el máximo jugador de cannabis medicinal en la región y ahora hay países como Perú que tienen regulaciones más avanzadas que la nuestra”, dijo Arbeláez.

El vicepresidente regulatorio de Khiron agregó que hoy en día una empresa de esta industria que quiera colocar un extracto de exportación a un producto terminado necesita 22 permisos diferentes.

“Llevamos tres años regulando y pidiendo permisos. No nos podemos dormir, hay que ser más ágiles en la expedición de los registros. Se nos está presentando una nueva industria de crecimiento inigualable y todavía esperamos las resoluciones”, explicó.

La industria le solicitó al Gobierno Nacional acelerar los procesos de licencias con los respectivos ministerios. De otro lado, el gremio del cannabis medicinal avanzará en los diálogos con el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) para finiquitar los procesos de registro de los productos.

Influencia económica

Asocolcanna estima que la inversión que ha traído la industria del cannabis en Colombia desde sus inicios operativos en 2018 oscila entre los US$200 y US$300 millones.

Estos dineros provienen, en su mayoría, de países como Canadá, Estados Unidos, España, Portugal y Brasil.

Según datos del gremio, por cada hectárea de cannabis que se siembra se requieren entre 10 y 20 trabajadores, dependiendo de los elementos tecnológicos de cada compañía.

“Cuando las empresas llegan a Colombia empiezan con entre cinco y 15 hectáreas de cultivo que van aumentando con el tiempo. Esto representa que cada una de las 28 compañías genera 50 y 300 empleos directos”, explicó el presidente de la agremiación.

Las 28 compañías que producen cannabis en el país tienen presencia en 15 de los 32 departamentos de Colombia.

En la actualidad, Khiron tiene siete productos cosméticos con cannabis en el mercado colombiano y espera que para final de 2019 el número aumente a 12 referencias.

En resumen, Colombia posee las condiciones necesarias para aprovechar la industria del cannabis y con ello no solo diversificar sus exportaciones, sino impulsar el crecimiento del PIB en general.

Para que el país logre tener una industria fuerte y consolidada necesitará que el Gobierno Nacional avance en el tema regulatorio y en la mejora de los trámites para impulsar el negocio.

Lo cierto es que mientras más pase el tiempo, el país sigue perdiendo terreno en relación con sus pares latinoamericanos.

Convierta a ValoraAnalitik en su fuente de noticias