La Cámara Colombiana de Bienes y Servicios Petroleros (Campetrol) explicó hoy cuáles son algunas de sus estimaciones y las tendencias que ve respecto a la coyuntura de la caída de los precios del petróleo y el impacto por el Covid-19 en la demanda mundial de crudo, calculando ya los primeros efectos que podrá tener el sector en Colombia.
Campetrol prevé que, por la actual coyuntura del Covid-19, ya se presenta un escenario de incertidumbre frente a la actividad exploratoria en el país, razón por la que espera que la actividad sísmica aumente en 2020 debido al rezago alrededor de dos años entre la planeación y ejecución de los proyectos de adquisición.
No obstante, prevé un promedio de 122 taladros activos, lo que es una reducción de 15 equipos respecto a 2019.
Esto pues la caída de precios impacta inmediatamente las operaciones del sector, siendo el indicador de actividad de taladros uno de los primeros en verse afectados.
Germán Espinosa, presidente ejecutivo de Campetrol, señaló que “la actual volatilidad es extremadamente grande y afecta la actividad de taladros, los cuales serán mucho menos que los de 2019”.
En cuanto a ello, comentó que estos son reactivos inmediatos a la coyuntura pues, históricamente, los tres primeros meses del año, ya de por sí, son menores, aunque todo estará influido el resto del año por cómo se comporte el precio del barril de crudo.
Respecto a los escenarios de producción, Campetrol apunta a que, por ende, esta sea mucho menor para este año pues creció 2,45% en 2019 cuando llegó a 886.000 barriles por día, superando las proyecciones del Marco Fiscal de Mediano Plazo.
Debido a los recortes en la inversión diferida de las compañías, el gremio espera que la mayor disminución en la producción se presente en 2021.
Campetrol planteó escenarios muy críticos, críticos y moderados para la producción del año y qué podría ocurrir ante esas tendencias, con una caída de 12% en un escenario muy crítico, con una reducción de casi 100.000 barriles por día promedio. En tanto, en escenarios críticos y moderados, las reducciones serían de un -9% con 70.000 barriles por día y -6% con una pérdida de 50.000 barriles por día, respectivamente.
Por su parte, en exportaciones también se prevé que se contraigan, si bien venían creciendo sobre 3,6% a febrero, pero la caída afectará por supuesto la balanza comercial de Colombia. Del mismo modo, caería la inversión extranjera en el sector.
Campetrol también planteó escenarios muy críticos, críticos y moderados para los precios del año y que podría ocurrir ante esas tendencias. Si la Opep+ no llega a un acuerdo de reducción de producción, el gremio ve que el precio tenga un valor promedio de US$25 en un escenario muy crítico, pues se mantendrían campos con bajos break-evens y se alcanzaría la capacidad máxima de almacenamiento, teniendo incluso un promedio de US$17 entre abril y diciembre.
En escenarios críticos y moderados se ven precios para el año de US$35 y US$43, respectivamente.
En cuanto al impacto que tiene para el país todo este panorama, Espinosa indicó que “Colombia necesita más del sector petrolero que un país como Ecuador, por ejemplo… Colombia no es un país petrolero, pero es un país petróleo-dependiente”.
A su vez, dijo que se trabaja en general en el sector en pro de superar la crisis con el manejo de las compañías en ítems como austeridad en el gasto, eficiencias de capital y sinergias para superar la coyuntura.
En cuanto a la realización de subastas y el impulso a la Liga B de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), se podría generar muy posiblemente el aplazamiento de estas y los bloques petroleros para el próximo año.
“Por ahora, se está trabajando en la posibilidad de ver que sean los menores impactos posibles y se flexibilice la actividad exploratoria (…) El Gobierno tendrá que tomar decisiones con los inversionistas y lo que se pueda hacer en las nuevas subastas. Aun no es claro lo que pueda ocurrir para este año”, concluyó Espinosa.
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