Bancos en Colombia pueden sortear Covid-19, pero crecimiento de cartera podría desplomarse: BanRep

El Banco de la República reveló hoy su reporte de estabilidad financiera para el primer trimestre de 2020.

Foto: Tomada de Twitter
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El Banco de la República reveló hoy su reporte de estabilidad financiera para el primer trimestre del año, estudio bajo el cual evalúa los riesgos y vulnerabilidades que podrían tener algún efecto sobre la estabilidad financiera de la economía colombiana, observando ahora el impacto del Covid-19.

Juan José Echavarría, gerente del Banco de la República, explicó que, como consecuencia de la mayor incertidumbre y aversión al riesgo, producto de la pandemia global, podrían observarse ocasionales problemas en el sistema financiero colombiano, pero el reporte revela que hay “suficiente capacidad de resistir el deterioro en el corto plazo. La liquidez y rentabilidad e indicadores de solvencia agregada y básica, permanecen en horizontes superiores a los límites regulatorios”.  

A su vez, se resaltaron aspectos como la suficiente solidez patrimonial y adecuada cantidad de liquidez en términos agregados de las entidades financieras en Colombia.

Sobre ello, Daniel Osorio, director del Departamento de Estabilidad Financiera, expresó que el indicador de riesgo de liquidez de los establecimientos de crédito, que establece el límite regulatorio en 100 puntos, se encuentra actualmente en 235,2 puntos “lo que quiere decir que las entidades tienen activos líquidos que llegan a ser más de dos veces sus requerimientos de liquidez y poseen así suficiente liquidez agregada”.

Así mismo, la relación de solvencia que establece el mínimo regulatorio en nueve puntos se encuentra actualmente en 15,3 puntos, mostrando también el soporte de los establecimientos de crédito en Colombia.

No obstante, Osorio mencionó que la aparición de la pandemia global, la emergencia sanitaria y la situación volátil de los mercados llevaron a que naturalmente se presentaran cambios abruptos y severos que están dando orígenes a vulnerabilidades para la estabilidad financiera.

En este sentido, resaltaron tres principalmente: ocasionales problemas entre la distribución de liquidez entre agentes/mercados financieros, las dificultades en el mercado de crédito por menor crecimiento de los préstamos en diferentes carteras y el deterioro de la calidad de crédito como consecuencia de la menor actividad económica.

A su vez, Osorio mencionó que el Banco de la República realizó su stress test, el cual no realiza pronósticos, sino que evalúa escenarios de sensibilidad en escenarios extremos.

El stress test supuso una profunda recesión de la economía colombiana desde el segundo trimestre de 2020 hasta el cierre de 2021 con una intensa materialización del riesgo de crédito.

Así mismo, en la medida en que existe mucha incertidumbre, el stress test supone el rango bajo de la proyección de crecimiento del PIB que estableció el Banco de la República en su reciente informe de política monetaria, la cual va desde -2% hasta -7%, por lo que el stress test toma en cuenta el escenario bajo pero por un tiempo prolongado de recesión que iría hasta 2021, contrario a los pronósticos de la mayoría de analistas que suponen la recuperación de la economía colombiana sobre el 3% para el próximo año.  

Bajo esto, dada la fuerte caída del PIB supuesta en 2020 y 2021 en el escenario extremo, algunos establecimientos de crédito requerirían capitalizaciones por cerca de $5,7 billones para mantener indicadores de solvencia adecuados. También bajo este supuesto, los establecimientos tendrían una caída superior al 20% en la cartera. Adicionalmente, se presentaría un deterioro importante de la rentabilidad agregada, lo cual refleja el impacto que tendría el escenario adverso hipotético sobre la capacidad de las entidades para otorgar crédito y realizar su actividad de intermediación.

“Como consecuencia del escenario extremo, la rentabilidad de los establecimientos llegaría a niveles de finales de la crisis de los 90, un escenario realmente extremo. La solvencia básica no llegaría a su límite regulatorio. En la medida en que la situación económica adversa sea resistente, ahí es que se empiezan a ver deterioros básicos en la solvencia básica y el patrimonio. En un corto plazo, hay una resiliencia bien alta”, concluyó Osorio.

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